LOS ATENTADOS DEL 17-A

El juez Andreu procesa a dos miembros y un colaborador de la célula de Ripoll

Servicios de emergencias y policías, junto a la furgoneta con la que se cometió el atentado en la Rambla de Barcelona.

Servicios de emergencias y policías, junto a la furgoneta con la que se cometió el atentado en la Rambla de Barcelona. / periodico

Ángeles Vázquez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El juez Fernando Andreu se incorpora a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y no quería dejar sin concluir la investigación de los atentados de Barcelona y Cambrils de hace un año. Este miércoles ha procesado a Mohamed Houli Chmelal, único superviviente de la explosión del chalé de Alcanar, y a Driss Oukabir, que alquiló la furgoneta del atropello de La Rambla, por integración en organización terrorista, fabricación y tenencia de explosivos y estragos en grado de tentativa. También procesa, pero por colaboración, a Said Ben Iazza

El auto aclara que la célula de Ripoll comenzó a ser adoctrinada por el imán Abdelbaki Es Satty, muerto en Alcanar, mucho antes de lo que se pensaba, en 2015. Pero no llega a conclusiones sobre sus conexiones internacionales más allá de que mientras Es Satti estaba en Bélgica se atentó contra el aeropuerto de Zaventem y que seis días antes de los atentados del 17-A Youness Abouyaaqoub -autor del atropello de La Rambla, abatido en Subirats cuatro días después- y Omar Hichamy -muerto en Cambrils- compraron en París dos tarjetas de teléfono para usar a partir del día 15.

El juez solo dice al respecto que el viaje "les serviría para realizar un estudio de la Torre Eiffel, de sus accesos y colas y de la forma de entrar y salir". Pero que el auto de procesamiento no pueda ir más allá, al haber muerto el grueso de la célula, no impide que fuentes de la investigación señalen que la intención era atentar a la vez en España y en Francia. En concreto, el 20 de agosto, según un manuscrito de Es Satty encontrado entre las ruinas de Alcanar junto a otro en el que se declaraban "soldados del Estado Islámico".

Según el auto, el grupo de jóvenes de Ripoll, bajo la dirección espiritual de Es Satty, "se conjuraron para realizar uno o varios atentados de grandes dimensiones mediante el uso de artefactos explosivos, a fin de coadyuvar a la estrategia terrorista de la organización terrorista" Estado Islámico. La explosión de Alcanar frustra el plan original y Abouyaaqoub, al enterarse en una gasolinera por Hichamy, se dirige a Barcelona para cometer el atropello de La Rambla, en el que mueren 14 personas y 128 resultan heridas. Los otros cinco terroristas compran cuchillos y a la una de la madrugada del 18 atentan en Cambrils, donde muere una mujer. Como todo apunta a que estos actos se improvisaron, el juez no procesa por ellos a Oukabir ni a Houli.

En dos años

El juez sitúa el proceso de radicalización que les hizo llegar a ese punto en 2015, antes de que Es Satty fuera despedido de la mezquita El Fath y marchara a Bruselas. A su vuelta, ya como imán de Annour, les explicó que atentar forma parte del islam. Durante el Ramadán de 2016, sus más cercanos, Abouyaqoub, Mohamed Hichamy y Youseef Aala, dijeron a los demás que querían destruir con explosivos la Sagrada Familia y todos "aceptarían", aunque a medida que se acercaba la fecha Driss se echara para atrás, como le recriminó en Facebook su hermano Moussa.

Unos tres meses antes de los atentados del 17-A empezaron a adquirir material para fabricar explosivos y Es Satty les dijo que "serían mártires". El grupo se alejó incluso de su familia y "su vida pasó a desarrollarse exclusivamente junto a la de sus compañeros, compartiendo vivienda, comidas, viajes y por ende, participando en la fabricación de los explosivos o colaborando en la planificación de los atentados", explica el juez.

Entre los escombros de Alcanar apareció un vídeo en el que se veía cómo fabricaban explosivos y anunciaban un atentado, y se hallaron fotografías de "lugares susceptibles de ser objetivo": Port Aventura; plaza Catalunya, la Torre Agbar y el Camp Nou, en Barcelona; la Torre Eiffel y Toulose, en Francia, y el Santiago Bernabeu y el Museo Thyssen, en Madrid. Hicieron 125 búsquedas en internet de la Audiencia Nacional, 106 de la tomatina de Buñol, 219 del embalse de Riudecanyes y 104 de la Alhambra de Granada.

En Alcanar almacenaban entre 200 y 500 kilos de explosivos, 19 artefactos improvisados tipo granada de mano y una faja bomba. El juez añade las 104 bombonas encontradas, con las que los terroristas pretendían "amplificar el efecto del explosivo", creando "bolas de fuego". Según los peritos, "tal cantidad de material de tal potencia destructiva, de llegar a ser utilizado para atentar en lugares o monumentos con gran afluencia de público, hubiera provocado unos daños de enormes dimensiones”.

Fuera del caso

Los otros dos detenidos tras los atentados, Mohamed Aalla, con cuyo Audi se atentó en Cambrils, y el propietario del locutorio de Ripoll, Said el Karib, no han sido procesados, al no haberse hallado más vinculación con la célula que el hecho de que el primero es hermano de dos de los terroristas y el segundo compró con su tarjeta un billete de avión a otro, como hacía con otros clientes.