'CASO GÜRTEL'

La sentencia de la Gürtel no cree a Rajoy y declara probada la caja b del PP

Luis Bárcenas.

Luis Bárcenas. / periodico

Ángeles Vázquez

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Lo dijo el juez Pablo Ruz y lo mantuvo José de la Mata cuando llegó a la Audiencia Nacional, pero todavía no lo había declarado probado ninguna sentencia. La dictada este jueves por la primera época de la Gürtel asegura que el PP se financió al menos desde 1989 con una caja b o contabilidad "extracontable", que "se nutría, en buena medida, con aportaciones que incumplían la normativa sobre financiación de partidos políticos, efectuadas por personas y/o empresas beneficiarias de importantes adjudicaciones públicas, como gratificación por ese trato de favor".

De nada ha servido que lo desmintiera el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuando declaró como testigo en el juicio. El tribunal no da credibilidad a su testimonio, porque considera que, como otros dirigentes del PP que también cumplieron ese trámite, negó la caja b de su partido para no admitir que él mismo recibió cobros opacos a Hacienda que, aunque no sean delictivos, sí serían merecedores de reproche social.

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La sentencia declara que parte de las comisiones cobradas por la trama corrupta se destinaron, como "donaciones finalistas" a la caja b del PP, que describe como "una estructura financiera y contable paralela a la oficial existente al menos desde el año 1989, cuyas partidas se anotaban informalmente" por su extesorero Luis Bárcenas para dejar constancia de "los ingresos y gastos del partido" y en ocasiones de los pagos recibidos por sus "miembros relevantes". 

Considera que hay prueba "contundente" de ello, pese a los testigos que lo negaron, como el propio Rajoy, Javier Arenas, Francisco Álvarez Cascos o Pío García Escudero. El tribunal, como ya dijo Anticorrupción, les resta credibilidad, porque entiende que haberla admitido "significaría" no solo confesar la práctica irregular de la "formación política a la que pertenecen o han pertenecido", sino también "reconocer haber recibido las cantidades" reflejadas en los papeles de Bárcenas, lo que "supondría la percepción de pagos opacos para la Hacienda Pública, que si bien no son delictivos, pudieran ser considerados por los testigos como merecedores de un reproche social".

Auténtico sistema de defraudación

La Sala no debía entrar en ello, porque se tendrá que juzgar en la causa abierta por la "contabilidad extracontable" que Bárcenas realizó a mano durante años, pero ha entendido imprescindible establecer su existencia para describir las prácticas corruptas cometidas por la trama entre 1999 y 2005. Según el tribunal, Francisco Correa creó un "auténtico sistema de defraudación del erario público" en el que el extesorero era "una pieza fundamental", porque su presencia en el partido le permitía acercarse al que fuera necesario para lograr la adjudicación a quien pagara la correspondiente comisión.

Como confesó el propio Correa en el juicio, él se encargaba de los contactos con los empresarios y con Bárcenas, que a su vez hacía las gestiones necesarias “para que las adjudicaciones recayeran en quien les interesaba". La sentencia afirma que el extesorero nutrió sus cuentas de Suiza “con fondos provenientes de las comisiones que recibió por su gestión e intermediación, aprovechándose de los cargos públicos que ostentó, en contrataciones públicas irregularmente adjudicadas”.

Aunque el PP renunciara a reclamarle cantidad alguna, el fallo dice que también incorporó a su fortuna dinero de la propia caja b. El tribunal sitúa en el 2000 el momento en el que inició, junto con su mujer, la actividad dirigida a enriquecerse de forma ilícita, práctica que terminó en 2009 al estallar el caso. Para aflorar el dinero usó pagos en efectivo para evitar a Hacienda o mediante operaciones comerciales simuladas, como la compra-venta de cuadros o el préstamo ficticio con el extesorero de Alianza Popular Ángel Sanchis.