ENTREVISTA AL 'EXCONSELLER'

Santi Vila: "Solo se puede defender la independencia desde el respeto a la ley"

Daniel G. Sastre

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Santi Vila (Granollers, 1973) desmenuza en ‘De héroes y traidores’ (Península y Pòrtic) las circunstancias que llevaron a la DUI y a la aplicación del 155. 

¿Cuál fue el principal error del independentismo?

No calibrar bien las propias fuerzas. Y no identificar que teníamos a dos millones de ciudadanos a favor de la independencia, pero también a una cantidad muy importante de la sociedad, igualmente catalana, muy cómoda con el ordenamiento constitucional.

¿El independentismo debería hacer un acto de contrición?

Yo en el libro lo hago. Hay cosas que tendríamos que haber hecho más responsablemente.

¿Cómo sería la situación política en Catalunya si Puigdemont hubiera convocado elecciones?

Ya nunca lo sabremos, pero yo intuyo que no se habría aplicado el 155, por tanto no habríamos perdido el control sobre las instituciones de autogobierno. Intuyo además que no tendríamos a nadie en el exilio ni en la cárcel. Que incluso los Jordis, que ya estaban detenidos en aquel momento, ya habrían salido. Algunas de las decisiones fueron la carga de la prueba, la confirmación de las intenciones que había. Estaríamos en un marco no mucho mejor, pero como mínimo no tendríamos las heridas abiertas que tenemos.

¿Cuál fue la razón principal para que Puigdemont no convocase elecciones?

Concurrieron tres. Primero, que lo que se había discutido y acordado discretamente no fuimos capaces de que Rajoy lo confirmase en público. Y eso alimentó la desconfianza y la incredulidad, y fue un gran argumento para desacreditar a los moderados. Rajoy apostó de nuevo por el inmovilismo, al menos en público, y fue muy perjudicial: no dijo que si convocábamos elecciones renunciaría al 155. Además, en las redes sociales empezaron las amenazas e insultos a Puigdemont. Hubo gente que jugó un papel muy desestabilizador. Y finalmente, el desmarque de ERC, que pasó de una crítica ponderada a amenazarnos con que abandonaban el Govern y nos acusaban de traidores. Pasó lo que ha pasado tantas veces en la historia: prefieres equivocarte con los tuyos que quedarte solo y tener razón.

A usted le critican que esperase hasta el último minuto para dimitir.

Estuve convencido hasta el último minuto de que conseguiríamos convocar elecciones y evitar el colapso. Quizás tuve un prejuicio elitista: me costó imaginar que si tantos políticos bien informados y cualificados veíamos que lo más positivo para Catalunya era convocar elecciones no lo acabásemos haciendo, con un pretexto u otro.

En una conversación, usted le dice a Junqueras que, si se convocaban elecciones, él sería 'president' y usted candidato del PDECat. ¿Cómo podía tener esa certeza?

Había un amplio consenso entre los cuadros del PDECat de que teníamos que hacer un viaje al centro, de que habíamos hecho renuncias en el terreno de lo ideológico. De que yo podía encarnar ese viaje al centro.

¿Ese viaje al centro sigue siendo la línea principal del PDECat?

Lo que es seguro es que ese espacio político existe y ahora no lo ocupa nadie. Por tanto, el PDECat se debe dar prisa en tener un papel protagonista en la política catalana.

¿El próximo Govern se deberá adaptar al marco político vigente?

Creo que una de las lecciones de la legislatura anterior es que, sin renuncias, la idea de la independencia solo se puede defender en Occidente siendo respetuosos con el ordenamiento legal.

¿Le sorprendió que la CUP tumbase el acuerdo entre JxCat y ERC para investir a Jordi Sànchez?

No, porque la legislatura anterior la CUP acreditó su gran capacidad desestabilizadora. La CUP legítimamente tiene una doble agenda: la de construcción de una Catalunya independiente, pero también la de la revolución social o anticapitalista, que yo respeto pero que combato políticamente.

¿Se pueden descartar unas nuevas elecciones?

Si la nueva legislatura debe venir condicionada por la CUP, se debe valorar seriamente la posiblidad de si no es mejor convocar nuevas elecciones. No se pueden descartar. La capacidad distorsionante de la CUP amenaza el inicio de la legislatura.

Joan Tardà abrió en EL PERIÓDICO la posibilidad de un entendimiento entre ERC, los 'comuns' y el PSC.

Entiendo la reflexión de Tardà, es inteligente pensar que son imprescindibles nuevas complicidades. Pero en el terreno ideológico, la amenaza de un 'tripartito tres' a los liberal-progresistas nos confirma que ya estamos tardando en articular una opción liberal-progresista donde se encuentre todo este espacio más de centro. Son modelos de sociedad diferentes.

¿Una opción abierta a gente no independentista?

Efectivamente.

¿No se ve de alcalde de Barcelona?

Me veo en el corto plazo defendiendo mi honorabilidad y mi inocencia desde el punto de vista penal. El futuro no está escrito. Dos consideraciones: Barcelona en estos momentos necesita que en el marco de la lucha global por su posición cuente con un apoyo del Estado que ahora no tiene. Es un defícit que se debe corregir. El otro es que en mi opinión no hay proyecto, la alcaldesa Colau no ha conseguido pasar del activismo a la política institucional con solvencia, y eso lo sufre la ciudad. ¿Hay posibilidad de construir alternativas? No será desde el partidismo, ya lo adelanto. Se equivocará quien quiera ser candidato desde un partido concreto, porque Barcelona no entiende eso, no lo ha entendido nunca. Hizo de Maragall un gran alcalde, de Trias un buen alcalde, porque no los veían como hombres de partido, sino como hombres libres.