La sombra de la Púnica
La trama quiso reunirse con Alberto Fabra y financiar su campaña a cambio de contratos
Alberto Fabra quiso dibujar una línea roja contra la corrupción, pero el último presidente del PP valenciano también ha acabado atrapado por una presunta red delictiva anexa a su Gobierno. Como la Gürtel en tiempos de Francisco Camps, la extensión de la trama Púnica hasta Valencia ha salpicado directamente a Fabra.
Según la Guardia Civil, la trama quería financiar la campaña del PPCV en las últimas autonómicas y municipales a cambio de contratos públicos. Los agentes detectaron dos conversaciones en las que el constructor David Marjaliza quería donar fondos para la campaña de mayo de 2015 a cambio de adjudicaciones en Calpe y Elche. En un informe remitido al juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, los agentes advierten de que, si se confirmasen las escuchas, se estaría «ante un caso de financiación irregular de partidos políticos» con la participación de «personas de especial relevancia en la Comunidad Valenciana».
Según el informe al que accedió Efe, dos de los imputados en el caso mantuvieron una charla con el expresidente valenciano Eduardo Zaplana y tenían previsto concertar otra con Fabra. En la investigación también se señala que Alejandro de Pedro, presunto conseguidor, hizo «trabajos de reputación» en redes sociales para la exalcaldesa de Madrid Ana Botella con la mediación de Zaplana.
El presunto papel de Zaplana
En una conversación, De Pedro habla con Marjaliza y le dice que se reunió con «Zaplana» el 19 junio del 2014. También que tiene previsto hacerlo con el «presidente» popular, por entonces Fabra. «Voy a ponerme la reunión con el presidente la semana que viene si no pasa nada, ¿vale? Una de las ideas que se me han ocurrido es que, como él ahora me va a pedir tema de campaña…», dice De Pedro. En ese punto, Marjaliza le corta: «Lo hablamos pero no por teléfono que es mejor, lo hablamos vis a vis».
Después Marjaliza habla con alguien llamado Alfonso sobre la publicación de concursos en Elche y Calpe. Alfonso afirma: «apalabraíllo teníamos de los siete, uno seguro y dos bueno».
En otra llamada, De Pedro le propone «un contrato de Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana para el mantenimiento de la línea del Metro», a lo que Marjaliza responde que no se dedica «a nada de eso» y después añade: «Déjame que lo pregunte a ver si algún amigo le puede encajar algo parecido».
El reguero de dirigentes salpicados, que no imputados, por la Púnica alcanza también a otros pesos pesados del partido como Rita Barberá o los exalcaldes de Castellón, Gandia, Dénia o Elx. Fabra negó el pasado sábado toda relación con los cabecillas de la Púnica. «En el caso de la Comunidad Valenciana no ha habido absolutamente nada, por lo menos desde la dirección regional o la Presidencia de la Generalitat», insistió.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, anunció ayer que su Gobierno se personará como acusación particular en un caso con ramificaciones también en Madrid.
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