LA ESTRATEGIA DE LOS CONSERVADORES

Rajoy esgrime la economía frente a Mas y Podemos

RAFA JULVE / BARCELONA

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Con los griegos no funcionó el domingo pasado porque los griegos ya habían saltado esa pantalla. Con los escoceses, en cambio, varios estudios indican que el miedo a las consecuencias económicas fue crucial para dar un vuelco a las encuestas y que los independentistas perdieran el referéndum del 18 de septiembreindependentistas referéndum del 18 de septiembreMariano Rajoy no permite siquiera que haya una consulta de autodeterminación en Catalunya, pero lleva meses haciendo campaña por el 'no' con la advertencia de adentrarse en nuevas turbulencias financieras justo cuando se ve luz al final del túnel. Será esa la misma estrategia que en el próximo ciclo electoral emplearán los populares para intentar matar dos pájaros de un tiro: Podemos y el soberanismo catalán.

El presidente del Gobierno volvió ayer a Barcelona para clausurar un foro sobre empleo y reducción de impuestos creado expresamente con el fin de que pudiera vender que la recuperación económica en España empieza a ser un hecho. Eso, y que su partido es el único que garantiza la «estabilidad» necesaria para dejar atrás la crisis mientras otros se embarcan en la «radicalidad» y no hacen más que ver «malas noticias» en lugar de ayudar a difundir la buena nueva para salir antes del pozo. «Hay unos tristes que andan por ahí hablando de lo mal que van las cosas», espetó. «Algunos quieren pintar una España negra porque gracias a ello piensan que van a sustituir a quienes están gobernando, [pero] no lo van a conseguir».

La manifestación que al mismo tiempo llenaba la madrileña Puerta del SolPuerta del Sol, sumada a los resultados electorales que vaticinan las encuestas, dejaba entrever que el dedo del presidente señalaba a Podemos y no a otros ahora en estado de 'shock', como el PSOE o IU. Para Rajoy, Pablo Iglesias (y Artur Mas en Catalunya) es el estandarte de esa «radicalidad desgraciadamente tan de moda hoy en nuestro país» que los conservadores esperan que dure «poco tiempo».

ESTADOS DE ÁNIMO

Los populares catalanes, que en el último mitin de Rajoy en Barcelona, el 29 de noviembre, parecían pollos sin cabeza tras quedar conmocionados al ver que Artur Mas sacó las urnas el 9-NArtur Mas 9-N, se mostraron ayer mucho más cómodos y satisfechos. El medio millar de personas que asistieron al cónclave en el aislado recinto del World Trade Center lanzaron algunas risas durante los ataques de su líder a Podemos y aplaudieron a rabiar cuando intentó desmentir las acusaciones de que ha desmantelado el Estado del bienestar. «El mismo día que una enfermera enferma de ébola entraba en un hospital de Madrid, donde fue curada, en otro gran país, el primero del mundo, otra enfermera entraba en el hospital con un talón de 500.000 dólares. En España la sanidad sigue siendo gratuita, universal y nadie se la ha liquidado. Que no mientan», puso como ejemplo.

También hubo ovaciones cuando Rajoy presumió de datos económicos. Que si entre el 2014 y el 2015 se crearán «como mínimo» un millón de puestos de trabajo; que si la economía española crecerá este año «más del 2%»; que si la reforma fiscal implica una rebaja media de impuestos del 12,5%; que si en el 2016 habrá nuevas reducciones; que si «somos un modelo de recuperación» para toda Europa... En definitiva, que por mucho que otros solo vean nubarrones, España es «un país de primera» que ha salido de la uci «por su propio pie», es decir, «sin rescate» (los 40.000 millones de la UE para salvar los bancos no cuentan para el PP).

«PROVISIONALIDAD» CATALANA

Esta vez, aunque la moraleja también le daba de lleno, las referencias explícitas al proceso soberanista quedaron en segundo plano. Rajoy volvió a subrayar que «el futuro de Catalunya» pasa por seguir unida a España, y arremetió contra Mas por anunciar elecciones a nueve meses vista, lo que genera una «provisionalidad» que no ayuda salir de la crisis. Tanto el líder de CiU como la socialista Susana Díaz en Andalucía, que también ha adelantado comicios, solo se mueven por «intereses de partido», les afeó.