DEBATE EN EL seno del EJECUTIVO

Crecen en el Gobierno las voces que animan a dialogar con Mas

El presidente del Gobierno,Mariano Rajoy.

El presidente del Gobierno,Mariano Rajoy.

PILAR SANTOS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Mariano Rajoy está empezando a escuchar mensajes dentro de su propio Gobierno y de su partido que le piden un cambio de actitud ante el reto soberanista catalán. Varios ministros consideran que, a la vista del resultado de las europeas, en las que ERC se ha impuesto de una manera clara, ha llegado el momento del diálogo. También lo considera así Alícia Sánchez-Camacho, presidenta del PPC, que teme que el encaje de Catalunya en España no se pueda resolver ya con una mejora de la financiación, puesto que se ha convertido en un asunto de carácter sociológico. Y, desde fuera, incluso el Rey le ha enviado el mensaje de que él, como jefe del Estado, quiere relajar la tensión institucional y está trabajando para crear un «clima de diálogo».

El eco de esta palabra también resuena estos días en la reunión del Cercle d'Economia de Sitges, que hoy clausurará Rajoy. Los empresarios, siempre deseosos de escenarios previsibles y estables para sus negocios, se lo reclamaron el jueves a Artur Mas y a buen seguro se lo pedirán hoy al presidente del Gobierno.

Por ahora, el jefe del Ejecutivo, que ha demostrado en demasiadas ocasiones su habilidad para ganar las batallas dejando pasar el tiempo y esperando el error del contrario, sigue firme en su convicción de que el marco legal impide la celebración de la consulta independentista y que debe ser Mas el que busque una salida. Pero en la intimidad, esa en la que algunos hablaban catalán, Rajoy reconoce que tiene ante sí un reto complicado. «Para el presidente, el problema más grave de España es ya Catalunya, no la crisis, porque las reformas más importantes que quería hacer están en marcha», admite un miembro del equipo que el jefe del Ejecutivo tiene en la Moncloa

Y, ante esta realidad, varios ministros, que piden no ser citados, le han sugerido que no deje pasar más tiempo y trate de buscar una solución discreta en verano, antes de que llegue la Diada, y el referendo de Escocia, el 18 de septiembre. Los dos ámbitos en los que consideran que se debe establecer un diálogo, siempre que la Generalitat renuncie de manera simultánea a celebrar la consulta, son la protección de la lengua catalana y la financiación. Este último asunto, sin embargo, no cuadra con el calendario electoral del PP, puesto que cualquier cesión a Catalunya, con las municipales y autonómicas a un año vista, puede perjudicarle en las urnas.

Otro ministro que defiende, en cambio, que la estrategia debe pasar únicamente por reaccionar al plan soberanista en los tribunales (presentar recurso contra la ley de consultas en cuanto se apruebe), considera que el Gobierno comete un  error al centrarse en responder solo a Mas y no está consiguiendo enviar un mensaje de concordia a los ciudadanos catalanes.

LOS DESPLANTES / Los puentes entre el PP y CiU nunca se han roto del todo, aseguran fuentes de la Moncloa, aunque quedaron muy dañados cuando Mas comunicó, en diciembre, la fecha de la consulta sin advertir previamente al jefe del Ejecutivo. Y tampoco ha ayudado, añaden, que el presidente de la Generalitat no se atreviera a dar la cara en el debate del Congreso.

En esos contactos, se ha perdido, además, a un interlocutor útil para encontrar una salida al conflicto institucional. El líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha tirado la toalla tras la debacle de su partido en las europeas. Como defensor de la reforma de la Constitución para dar encaje a Catalu-nya, Rubalcaba sintonizaba con la llamada tercera vía de Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió.

La opción de la reforma constitucional fue descartada ayer de nuevo por el Gobierno. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, subrayó que no hay un entendimiento mínimo entre los diferentes partidos y una reforma de la Carta Magna «tiene que nacer de un principio de consenso» para que sea respetada.

ELECCIONES PLEBISCITARIAS / La número dos del Ejecutivo pidió «seriedad» cuando desde la Generalitat o sus aledaños «se pide alguna reforma» para que los catalanes voten «algo». También reclamó a Mas que deje de «sembrar dudas un día sí y otro no sobre el cumplimiento de la legalidad» y se centre en la recuperación económica.

Así las cosas, está por ver si Rajoy escuchará los mensajes para sentarse y encontrar una solución a tres bandas, entre el PP, CiU y el PSOE, o sigue con su actitud inmovilista,  llega septiembre, el Gobierno impugne la ley de consultas y propicia unas elecciones plebiscitarias.

Lo que parece seguro es que los mensajes para que Rajoy cambie de actitud y vire hacia posiciones más conciliadoras se multiplicarán en las próximas semanas. El Rey, que había estado 20 meses sin pisar Catalunya hasta hace 14 días, vuelve el lunes a Barcelona para asistir a un acto de la Federación Internacional de Esquí. El jefe del Estado es muy consciente de que el futuro de la Monarquía también se juega en Catalunya.