la gestión del fin del terrorismo

El Gobierno lanza un ultimátum a ETA tras el 'minidesarme'

Los verificadores Chris Maccabe, Ram Manikkalingham y Ronnie Kasrils, el domingo, en Madrid.

Los verificadores Chris Maccabe, Ram Manikkalingham y Ronnie Kasrils, el domingo, en Madrid.

AITOR UBARRETXENA
SAN SEBASTIÁN

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El Gobierno central respondió ayer al «gesto de desarme» protagonizado por ETA el pasado viernes lanzando un ultimátum a la banda y  exigiéndole que entregue las armas de inmediato y abandone las «escenificaciones y teatralizaciones». El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que no se había pronunciado aún tras el controvertido sellado de una ínfima parte del armamento etarra, manifestó: «Si no nos dan la geolocalización y las coordenadas de sus zulos y arsenales, que no se preocupen, que la Policía Nacional y la Guardia Civil van efectivamente a comprobar si entregan sus armas».

La advertencia de Interior supone además una nueva crítica al trabajo de la comisión internacional de verificación. Fernández aprovechó un acto oficial de la policía para proclamar que «no estamos ante un proceso de paz, sino de disolución de la banda terrorista». El Ejecutivo considera que las declaraciones de tres verificadores ante la Audiencia Nacional han confirmado su tesis de que estos expertos carecen de credibilidad, ya que los considera una mera «comparsa» de ETA que es utilizada como «altavoz internacional».

Por su parte, los verificadores denunciaron ayer que sufren una «persecución judicial» que hace «extremadamente difícil, si no imposible», que continúen su labor. A través de un comunicado, expresaron que es preciso evitar debates estériles sobre cómo y cuántas armas fueron puestas fuera de uso, cuando lo realmente importante es que, «por primera vez en 50 años», ETA se ha comprometido a desarmarse de manera verificable. La comisión quiso subrayar que «no existe precedente alguno, ni otro ejemplo, en ningún lugar del mundo» en que una organización armada decida abandonar sus armas «y no reciba el aval positivo de las instituciones».

El PNV y la izquierda aberzale reiteraron su apoyo a estos expertos, mientras desde el PP continuaron los reproches. María Dolores de Cospedal calificó de «tomadura de pelo» a los españoles, de «mal sainete» y de «vodevil» la escenificación de la entrega de armas y lamentó que hayan participado «en el espectáculo» como «artistas invitados» el lendakari, Iñigo Urkullu, y los socialistas vascos. Como réplica, el secretario de organización del PSOE, Óscar López pidió a los populares que «no metan a ETA en la campaña» electoral.

CUMBRE SUSPENDIDA / Los organizadores de un acto internacional para consolidar el proceso de paz que se iba a celebrar mañana en San Sebastián anunciaron ayer su suspensión, alegando que el ambiente «enrarecido» aconsejaba aguardar a «mejores condiciones». Al acto tenían previsto acudir, entre otros, el jefe del Gabinete de Tony Blair, Jonathan Powell; el líder del Sinn Féin, Gerry Adams, y el exprimer ministro de Irlanda Bertie Ahern.