La encrucijada socialista

Navarro aceptará el pataleo de los críticos si votan 'no' a la consulta

La dirección del PSC propone a los díscolos exhibir su discrepancia tras el pleno del jueves

Los diputados críticos Joan Ignasi Elena y Àngel Ros entran en la sede del PSC, ayer en Barcelona.

Los diputados críticos Joan Ignasi Elena y Àngel Ros entran en la sede del PSC, ayer en Barcelona.

JOSE RICO
BARCELONA

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Pactar la discrepancia. Esa es la única esperanza que le queda al PSC para evitar que el jueves sufra una herida quizá irreversible en la votación de la solicitud de la consulta al Congreso. La reunión de la ejecutiva socialista mostró ayer que no hay margen para cambiar el no rotundo que el consejo nacional ordenó y que Pere Navarro está dispuesto a defender incluso frente a la decena de dirigentes, la mayoría díscolos pero también algunos más afines, que ayer le solicitaron que se avenga a aceptar, como solución salomónica y en aras de la unidad del partido, la abstención. El primer secretario se cerró en banda y solo planteó una posible salida para aquellos diputados que estén meditando romper la disciplina: el derecho al pataleo.

Al término de una ejecutiva larga e intensa, Navarro animó a los parlamentarios críticos con el no a la consulta a exponer públicamente su disconformidad el jueves, pero después de la votación y habiendo respetado previamente la orden de rechazar la propuesta de CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP. «Tenemos un par de días de reflexión», afirmaba sobre esta idea un diputado díscolo, dejando una puerta abierta a aceptarla como mal menor. Pero a otro parlamentario crítico consultado no le gustaba tanto la solución de Navarro e insistía en que la abstención o la libertad de voto concitarían mayor «consenso».

DÍSCOLOS Y NO DÍSCOLOS / Así lo explicitaron dirigentes críticos como Joan Ignasi Elena, Rocío Martínez-Sampere, Àngel Ros, Laia Bonet, Marina Geli, Marc Mur y Daniel Font. Algunos de ellos, incluso, defendieron que, con el programa electoral, el voto debería ser afirmativo porque se trata de pedir al Estado que autorice la consulta por una vía legal. Más novedosa fue la posición de dirigentes afínes a Navarro, como Jaume Collboni, Josep Mayoral y Esperança Esteve (miembro de la ejecutiva del PSOE), que también se mostraron proclives a abstenerse para salvar la unidad.

En su réplica, Navarro y su número dos, Antonio Balmón, recordaron que el PSC ya ha pactado con el PSOE llevar su proyecto de reforma constitucional al Congreso, por lo que no ha lugar a recelos por quedar alineados con el PPC y Ciutadans.