LA ENCRUCIJADA DEL SOCIALISMO CATALÁN

Derecho a discrepar

Maragall se niega a dejar su escaño y fuerza al PSC a decidir entre disciplina de voto y libertad

El 'exconseller' Ernest Maragall, en uno de los sofás de los pasillos del Parlament de Catalunya.

El 'exconseller' Ernest Maragall, en uno de los sofás de los pasillos del Parlament de Catalunya.

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Lalibertad de expresióny elderecho a discreparnunca han encajado con el funcionamiento estamentario de lascúpulas de los partidos, reticentes demasiadas veces a escuchar el clamor de la indignación social que, entre otras reivindicaciones, exige a sus representantes que antepongan los principios y la conciencia a los intereses de partido.

El último ejercicio de rebeldía política realizado por el veteranodiputadodelPSCErnest Maragall, que se negó a someterse a ladisciplina de votoy apoyó por su cuenta y riesgo el pacto fiscal del Govern, ha vuelto a poner de manifiesto los sarpullidos que afloran cuando un dirigente se atreve a cuestionar la línea oficial en una fuerza política. El episodio ha desembocado en una suerte de duelo por vía epistolar en el que ladirección socialistay el díscolo'exconseller' están dispuestos a permanecer en su trinchera hasta que la otra parte enseñe la bandera blanca. Disciplina de voto contra libertad de actuación.

>>Lea la información completa sobre elenfrentamiento entre la dirección del PSC y Ernest Maragall en e-Periódico.