El sastre de Camps explica que el 'expresident' intentó sobornarlo

El conocido popularmente comojuicio de los trajes, en el que se juzga al expresidente valenciano, Francisco Camps y al exsecretario del PP en esa comunidad, Ricardo Costa, por un delito de cohecho pasivo impropio vinculado a latrama Gürtel, vivió ayer uno de sus momentos más esperados. Era el día fijado para que declarase como testigo el sastre que confeccionó los trajes, José Tomás, y sus explicaciones no defraudaron.

Tras una larga comparecencia en el Palacio de Justicia de Valencia, el director de la tienda de Milano en la calle Serrano de Madrid reveló que Camps intentó sobornarlo antes de prestar declaración ante el juez Baltasar Garzón, que en aquel momento dirigía las investigaciones. «Si me sacas de esta, aquí abajo no te faltará de nada», aseguró el modisto que le dijo Camps el 8 de febrero del 2009. Tomás relató que ese día, el entonces jefe del Ejecutivo valenciano le llamó insistentemente, «unas seis o siete veces», muy preocupado por las pesquisas de Garzón.

El sastre, que se definió como «director de moda», explicó que uno de los cerebros deGürtel, Álvaro Pérez,el Bigotes, le pidió que no delatase a Camps y a Costa. «Jamás se te puede escapar que sabes que no pagan», afirmó que le había dicho. En ese sentido, añadió que las facturas las abonaba otro de los cabecillas de la red, el exdirigente del PP gallego, Pablo Crespo. Una parte de la declaración se centró en aspectos técnicos relacionados con la confección de los trajes, cara a justificar su alto precio «Hubo que hacer un patrón especial, copiar la trabilla del ceñidor de Puebla [el sastre de Costa] y traerla de Italia; tuvimos que hilar muy fino», declaró el sastre.

TRABAJO DE CHINOS / Tomás indicó que el expresidente «podría llevar trajes de confección, porque tiene buen tipo». «Tomé medidas a Camps en el 2005 por primera vez. Jamás ha consentido que nadie le hiciera nada sin estar presente. Recuerdo que usa una 52 generosa o 54 de americana y una 56 de pantalón, porque tiene bastante cadera. Al final nos tuvo que dejar un traje con el que se sintiese cómodo, lo desmontamos por completo para copiarlo. Fue un trabajo de chinos», concluyó.