La posibilidad de gobernar en BCN, Girona y Tarragona

Xavier Trias está convencido de que a la tercera va la vencida y de que hará historia acabando con la supremacía socialista de los últimos 32 años en Barcelona. Pero la línea entre el éxito y el fracaso para él y para CiU no depende únicamente de que los nacionalistas logren un concejal más que Jordi Hereu. Naturalmente, sería una satisfacción para la federación conseguir lo único importante que nunca ha logrado, gobernar la capital catalana. Pero si Trias consigue una victoria ajustada, lejos de los 21 ediles que requiere la mayoría absoluta, tendrá que elegir tres vías, a cuál más compleja. Una es un pacto con el PP de Alberto Fernández Díaz, difícil de vender a los electores de CiU, que han visto a sus líderes desfilar ante las urnas de las consultas secesionistas. La segunda sería un pacto con el PSC, pero tampoco se antoja sencillo explicar unasociovergenciamunicipal cuando se defiende la necesidad de un cambio de aires después de tres décadas de alcaldes socialistas en la ciudad. La última, y la que Trias dice preferir, es gobernar en minoría y con pactos puntuales. A la vista de los sondeos, ese no parece tampoco un panorama idóneo.

En cuanto a los objetivos de CiU en toda Catalunya, y aunque Barcelona es la prioridad, existen otras batallas de calibre. El propósito global anunciado es lograr por primera vez más votos que el PSC en las municipales. Si todo le va de cara, la federación podría hacerse con la vara de mando en dos o tres de las cuatro capitales de provincia, todas gobernadas por socialistas desde el 2007. Convergència puede ganar por primera vez en Girona, aunque las encuestas auguran unos resultados ajustadísimos que dificultan pactos de gobierno. Y está en su mano recuperar Tarragona mediante un pacto con el PPC.

CiU podría completar su venganza del tripartito retomando el control de las diputaciones de Lleida y Girona, actualmente presididas por Esquerra con el apoyo del PSC. La de Barcelona parece inalcanzable.