El discurso más duro, a prueba en Barcelona y Badalona

La noche electoral del PPC transcurrirá, esencialmente, con los ojos puestos en Barcelona, Badalona y, en menor medida, Tarragona. El PP catalán de Alicia Sánchez-Camacho no es el de Daniel Sirera ni el de Josep Piqué. El alcaldable en Badalona desde hace dos décadas, Xavier García Albiol, era antes ese candidato tenaz al que de vez en cuando se le iba la mano. Ahora es el ejemplo que Mariano Rajoy ensalza cuando viaja a Catalunya.

Albiol, dicen los sondeos, mejorará su resultado y podría empatar con el PSC. Necesitaría un socio para gobernar y aparentemente no hay voluntarios. Su resultado será también un termómetro de cómo reaccionan los electores ante un discurso duro, sin matices. Si obtiene un buen resultado y se queda sin la alcaldía porque el resto de partidos lo evita, tendrá hecho el discurso de oposición de los próximo cuatro años.

El tono de Albiol no es idéntico al de Alberto Fernández Díaz, quien, primando la seguridad, no ha igualado la contundencia de su correligionario. La opción de Fernández en Barcelona está clara y es la de gobernar la ciudad como socio de CiU, pero eso pasará solo si los nacionalistas no pueden evitarlo. En caso de que el pacto cuaje, el concejal gestionaría por primera vez en un equipo de gobierno.

En Tarragona, los populares presentan a Alejandro Fernández, llamado a tener un papel relevante en la cúpula del PPC. Tiene a su alcance poner condiciones importantes a un pacto con CiU si suman la mayoría absoluta.