El mejor parlamentario con una gestión impecable

Sin necesidad de dar ningún paso, Alfredo Pérez Rubalcaba se ha convertido en el sucesor más probable desde que Zapatero lo designó vicepresidente. La vieja guardia del exfelipismo se ha movilizado a su favor al ver en él a alguien que puede poner fin a las veleidades del actual presidente mientras que los barones territoriales lo contemplan como el mejor sostén ante una elecciones locales y autonómicas que se antojan complicadas. No en vano, es el único ministro que aprueba en las encuestas. Su gestión frente a ETA y su probada habilidad parlamentaria lo avalan.

El principal aliado de Rubalcaba, es, sin embargo, José Blanco, el vicesecretario general del PSOE, que ha vuelto a controlar el aparato de Ferraz desde que Leire Pajín dejó la secretaría de organización. Ambos han cerrado un pacto de hierro en el que se supone que Blanco podría pasar a ocupar la secretaría general cuando Zapatero deje la silla vacía y Rubalcaba ejercería el papel de candidato con la misión de minimizar la previsible derrota electoral.