ACTO DE FIRMA DEL DECRETO DE CONVOCATORIA DE LAS ELECCIONES

Montilla defiende «con orgullo» su obra pese a la losa de los sondeos

Montilla se dirige al escenario del Saló Sant Jordi para pronunciar la conferencia de balance y firmar el decreto de convocatoria de las elecciones, ayer en el Palau de la Generalitat.

Montilla se dirige al escenario del Saló Sant Jordi para pronunciar la conferencia de balance y firmar el decreto de convocatoria de las elecciones, ayer en el Palau de la Generalitat.

NEUS TOMÀS / Barcelona

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Ahora sí, oficialmente ya ha empezado la cuenta atrás para el 28-N. Hoy elDiari Oficial de la Generalitatde Catalunya (DOGC) publica el decreto de convocatoria de las elecciones que firmó ayer elpresident, José Montilla, en un acto solemne en el que apeló al «orgullo» del trabajo realizado por el tripartito. Reclamó que sin esconder los errores y con la libertad propia de la campaña electoral, en los 55 días que quedan hasta los comicios nadie agache la cabeza.

Según el candidato socialista, nunca un Govern había hecho tanto por Catalunya, -«el balance supera la comparación con las siete legislaturas precedentes», proclamó-, pero en cambio no parece que los electores lo tengan tan claro a tenor del resultado de la encuesta publicada por EL PERIÓDICO, que pronostica que CiU rozará la mayoría absoluta.

La escenografía del acto de ayer era la de las grandes ocasiones. Un maestro de ceremonias en formato de voz enoffanunció la entrada de Montilla en un Saló Sant Jordi en el que le esperaban el Govern al completo, muchos altos cargos de la Generalitat y algunos alcaldes y diputados, la mayoría socialistas.

CIFRAS O ÉPICA / En el escenario, un atril, lasenyeray una gran pantalla en la que se repasaron las actuaciones más destacadas de la legislatura: hospitales, centros de día, médicos, mossos, autovías... Aunque al respetable de ayer ya lo tenía más que convencido, los bostezos de más de un asistente (consellersincluidos) evidenciaron que, por más que se cambie el formato, el relato que el presidente hizo de esta legislatura sigue incluyendo más kilómetros que estrategia comunicativa.

En todo caso, y anteponiéndose a las previsibles críticas de la oposición, Montilla enmarcó su conferencia en la obligación de rendir cuentas ante la ciudadanía. De entrada, y aunque a estas alturas solo Iniciativa todavía defiende las bondades del tripartito, el candidato del PSC reivindicó la fórmula que hace siete años consiguió desbancar a CiU tras 23 años en el poder. Lo defendió sin que eso, añadió, permita especular sobre futuras alianzas poselectorales. «No reniego del acuerdo de izquierdas y espero que muchos de vosotros penséis lo mismo», subrayó.

Y con ese mismo orgullo que minutos antes había reclamado a sus altos cargos, elpresidentañadió: «No somos el guirigay del tripartito, somos el Govern de Catalunya, con sensibilidades diversas que representan la pluralidad de la sociedad».

Otra cosa es, como lamentaba a la salida un dirigente socialista, que el PSC haya sido demasiado indulgente con algunos de los desmarques que han protagonizado sus socios. Claro que ayer no era día de reproches y seguramente por eso el presidente proclamó que PSC, ERC e ICV-EUiA han mantenido su hoja de ruta común con «lealtad», aunque eso no haya evitado «disensiones». No citó ninguna, obviamente, pero más de uno de los que escuchaban sus palabras las ha vivido de cerca (incluso alguno las ha protagonizado).

Más allá de las controversias, como las calificó Montilla, el presidente defendió el estilo del tripartito frente al liderazgo personalista que marcó la etapa de los gobiernos de CiU con Jordi Pujol al frente. «Catalunya no puede depender de una persona o un Govern», subrayó para insistir en que las dos legislaturas del tripartito han estado marcadas por el diálogo y la concertación ya sea con el mundo municipal o con los agentes económicos. Y eso que la recesión ha obligado a gestionar los recursos públicos «al límite de la capacidad financiera» de la Generalitat.

GUIÑO A LOS FUNCIONARIOS / Cuando el segundo tripartito empezó su andadura no contaba con que tendría que hacer frente a una crisis económica de estas proporciones. También es cierto, como insistió ayer Montilla, que el Ejecutivo catalán fue el primero en darse cuenta de la que se avecinaba y que también fue el primero en empezar a adoptar medidas. Incluidos los sueldos de los funcionarios a los que ayer elpresidentquiso agradecer explícitamente su sacrificio.

Al acabar, cogió una pluma y firmó el decreto. Ha empezado la carrera, con orgullo y sin piedad.