EL ENCUENTRO

Sin novedad en Prada de Conflent

J. R.
PRADA DE CONFLENT

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La pulsión independentista que fluye cada verano de la Universitat Catalana d'Estiu, en Prada de Conflent (Francia), apenas inmutó ayer a losprecandidatoselectorales que se reunieron en le pequeño enclave para hablar del fallo del Estatut. Los convencidos de las bondades del independentismo se reafirmaron en su fe, los dubitativos no hallaron nuevas razones para echarse en brazos de la secesión y los descreídos siguieron en su ateísmo y hasta lo confirmaron a golpe de abucheo.

«Ya podéis escribir la crónica antes de que hablemos»,reconocían a la prensa con sinceridad algunos de los oradores antes de empezar el debate. Los contendientes fueron Joan Puigcercós (ERC), Antoni Castellà (CiU), Jaume Bosch (ICV-EUiA) y Laia Bonet (PSC). El líder de Esquerra llegó tarde, pero su ideología no le confirió bula por parte de los organizadores, que, tras esperarle un tiempo prudencial, abrieron el acto sin él.

Unidad imposible

Todos se mostraron en su salsa, salvo Bonet, que recibió una pitada cuando defendió que«España camina hacia el federalismo, aunque sea a velocidad lenta».Bosch, hábil, cuestionó el supuesto federalismo del PSOE, y acabó como el más aplaudido, por encima de Puigcercós y Castellà. Y eso que el republicano deleitó a los presentes con una invectiva:«Catalunya está bajo control policial».

No hubo guiños ni un matiz que presagiase el comienzo de alguna amistad poselectoral. Solo cuatro modelos de Estado y cuatro hojas de ruta para el Estatut con pocos puntos en común. Prada certificó que la unidad no es más que una quimera.