Mujeres de trinchera

PATRICIA MARTÍN / MADRID

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Concepción Santaromana tiene 33 años y es piloto del Ejército. Como ella, otras 15.211 mujeres (el 12% del total) trabajan en las Fuerzas Armadas y, en contra del estereotipo que las sitúa siempre detrás de mesas y ordenadores ocupando puestos administrativos, la mayoría ha elegido destinos operativos. Por tanto, el mundo de los fusiles, los blindados e incluso los cazas ha dejado de estar dominado exclusivamente por hombres.

De hecho, Defensa presume de que el porcentaje de mujeres ha crecido en esta legislatura casi un 23% mientras que el de hombres solo un 4,7%. Y su presencia también se ha incrementado cualitativamente, ya que muchas optan por las unidades de élite. Así, por ejemplo, en la Armada, las mujeres suponen el 10,8% de los efectivos mientras en las embarcaciones ascienden al 21%. Una de ellas es la comandante (puesto más alto alcanzado hasta ahora por las féminas) Anita Sanchez, que asegura que prefiere "los buques a los despachos" porque así se enfrenta a retos diferentes en cada destino.

Legionarios sin machismo

También en la Legión, cuyos miembros siempre se han caracterizado por su hombría, hay un 9% de mujeres, como la cabo Raquel Alba, que decidió alistarse precisamente porque vio que se abría la puerta a la mujer en las Fuerzas Armadas. Después eligió la Legión porque esta se instaló en Almería, donde estaba destinada y ahora no se arrepiente. Al principio, señala, fue "difícil" porque ni sus jefes ni sus compañeros "estaban acostumbrados a ver mujeres". "Pero nunca se han portado de forma machista", asegura Raquel Alba.

De hecho, según la responsable del Observatorio de la Mujer en el Ejército, la subsecretaria de Defensa, María Victoria San José, apenas reciben quejas por discriminación. En la misma línea, un portavoz de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) apunta que solo les llegan denuncias puntuales, nunca quejas que permitan afirmar que el Ejército en su conjunto es machista. Y ninguna de las cinco chicas consultadas para este reportaje se ha considerado marginada.

Según una psicóloga que trabaja con recién alistados, una de las razones por la que las féminas se orienten por los destinos operativos es porque los reclutadores se los venden como los más atractivos. "Como hace falta más personal en estas unidades, les dicen que en ellas van a estar más activas y van a poder ayudar más", apunta A. (prefiere mantenerse en el anonimato). Una de las militares que confiesa que se alistó porque le llamaban la atención las misiones de paz es B. (tampoco opta por el anonimato), que durante un tiempo dirigió su propio carro de combate. B. ha estado dos veces en Kosovo y describe la experiencia como "inolvidable".

La piloto Concepción Santaromana se alistó "por casualidad". Al terminar filología, se presentó a las oposiciones del Ejército del Aire para tener una salida laboral más. "Tenía un gran desconocimiento de lo militar pero ahora reconozco que me gusta", afirma desde Canarias, donde trabaja en operaciones de salvamento.