Limón & Vinagre
Emma Riverola

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Escritora

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Miguel Bernad: el patriota y las bolitas de naftalina

El abogado dispara contra todo y todos, menos hacia nada que recuerde a la dictadura. El paraguas que cobija todos los casos es el de sembrar las dudas sobre el sistema político y social actual

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Declaración judicial de Miguel Bernad

Declaración judicial de Miguel Bernad

No hay constancia de que la botella de cava se haya quedado en la nevera, ni siquiera que esperara impaciente el momento del descorche, pero se intuye la consternación de una celebración abortada. La meta alejándose justo cuando la cinta de llegada parecía al alcance de la puntas de los dedos. Pues no, Pedro Sánchez no ha dimitido. Adiós a la fiesta. Mal día para Miguel Bernad (Bilbao, 1942), el abogado que emitió una querella contra Begoña Gómez a través del pseudosindicato que fundó: Manos Limpias. El hombre que sueña con bailar sobre la tumba política de Pedro Sánchez. Pero el baile no ha cambiado de bando… por ahora.

“Hay que recuperar la España católica, la España tradicional y la España de prestigio universal que este ha llevado a la ruina”, afirmó Bernad en una concentración de banderas españolas el pasado fin de semana. El “este” es Pedro Sánchez, también apodado por el mismo abogado como “psicópata”, “profanador de tumbas” o “loco”. Que el hombre lance exabruptos con el mismo tono y rostro con el que un pacífico jubilado podría hablar del tiempo lluvioso no deja de ser perturbador. “Un patriota”, así le definió una entregada entrevistadora. ¡Y qué miedo da esa patria que algunos se empeñan en resucitar!

Bernad no solo huele a naftalina, sino que pone todo su empeño en expandir ese olor a cerrado. Tesón no se le puede negar al hombre. Convertido en un auténtico querellante profesional, ha llegado a presentar unas 15.000 denuncias desde que fundó Manos Limpias en 1995. El abogado dispara contra todo y todos, menos hacia nada que recuerde a la dictadura. El paraguas que cobija todos los casos es el de sembrar las dudas sobre el sistema político y social actual. Todo es corrupto, menos esa España pasada que el ultraderechista añora. Su especialidad consiste en interponer denuncias en casos mediáticos, personándose como acusación. El ‘Caso Nóos’, los ERE de Andalucía, el 15-M, el matrimonio homosexual, ‘Los Lunnis’ (sí, el programa infantil), el juez Garzón o Ada Colau han sido algunos de los que han estado en la diana de Manos Limpias.

Entre querella y querella, Bernad luce un pasado franquista y una estancia en la cárcel. ¡Viva la España tradicional! Entró en política de la mano de Blas Piñar, fundador de Fuerza Nueva (FN), el partido de extrema derecha nacido en 1976 con la democracia recién estrenada. Patria, familia y religión eran sus pilares. Franquismo puro que se negaba a morir con el fallecimiento del dictador. El partido se disolvió ahogado en deudas en noviembre de 1982, después de que el PSOE de Felipe González arrasara en las urnas. “¡Oh, pueblo de España!, ¿qué mal te hemos hecho para que nos hayas respondido así?”, se exclamó Piñar en su discurso de despedida. Quizá tuvo algo que ver lo de tratar de sabotear la Transición por tierra, mar y aire, también con un discurso de odio que caló en los grupúsculos terroristas de extrema derecha.

Bernad buscó sombra bajo el árbol de Fuerza Nueva. Más tarde, fue secretario general de Frente Nacional (también FN). Una nueva intentona política de Blas Piñar. Un partido creado en 1986 con el apoyo de otros partidos europeos de extrema derecha. Se disolvió en 1993 y, a falta de tribuna política, Bernad se lanzó al frenesí querellante con Manos Limpias. En 2016, fue detenido por la UDEF de la Policía, acusado de extorsión y llegó a ingresar en prisión. Fue condenado por la Audiencia Nacional, se consideró probado que ofrecía la retirada de la acusación a cambio de prestaciones. Pero el Tribunal Supremo lo absolvió en marzo de este año al considerar que sus acciones no colmaban los requisitos del delito de extorsión.

El miércoles pasado, tras la denuncia presentada por Manos Limpias, un juzgado abrió diligencias a Begoña Gómez, la mujer del presidente. Horas después, Sánchez anunció cinco días de reflexión que se zanjaron con un: sigo “con más fuerza si cabe”. Bernad no tardó en anunciar que pronto se conocerán “más pruebas” que implican a Gómez. Al hombre se le adivinan las ganas de descorchar el cava. Conseguir descabalgar del poder a todo un presidente socialista se intuye el premio gordo a su carrera. Sánchez le ha arrebatado el brindis… por ahora. Eso sí, le ha dado naturaleza de enemigo. Al abogado se le adivina con una sonrisa poco disimulada y añadiendo nuevas botellas a la nevera. Y, sobre todo, un puñadito de bolas de naftalina.

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