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El reto de llenar los teatros

Esta experiencia, emulando Sant Jordi, podría convertirse en la Diada Nacional del Teatre

Acto de presentación del Cap Butaca Buida.

Acto de presentación del Cap Butaca Buida. / ANA PUIT

Las cifras avalan, por si solas, una iniciativa tan ambiciosa como la de Cap Butaca Buida, impulsada por la Associació d’Empreses de Teatre de Catalunya (Adetca) y auspiciada por diversas instituciones y medios de comunicación, con el objetivo de llenar todos los teatros del país y de convertir este 16 de marzo en una especie de Sant Jordi del teatro, una fiesta que certifique la vitalidad de las artes escénicas en Catalunya, con voluntad de consolidación.

Puede que la cifra más significativa sea que en el momento de presentar la campaña, en diciembre, la organización ponía a disposición del público unas 25.000 entrades. En la oferta final de espectáculos de todo tipo, las entradas son 60.427, más del doble que al inicio, repartidas en 145 espacios, con 176 obras en cartelera y un total de 193 sesiones. Los números atestiguan que la iniciativa impulsada por Adetca (que agrupa desde hace más de 30 años a los teatros privados del país) ha calado hondo en el global del universo escénico catalán, incluyendo los teatros públicos, pero también salas alternativas y ateneos. Cap Butaca Buida se presenta como un «reto de país» que pretende tanto atraer más espectadores como consolidar la variedad de la oferta escénica y, al mismo tiempo, reivindicar el aumento de presupuesto para cultura, hasta llegar al deseado mínimo del 2%. 

Las entradas han podido adquirirse en cada teatro o a través de la web que agrupa toda la oferta de este sábado, y la variedad de registros va desde los montajes familiares a los monólogos humorísticos, pasando por las propuestas más innovadoras y arriesgadas y los grandes éxitos de la cartelera, con comedias, dramas, música, danza o circo. Es decir, todo un escaparate de la plural y diversa oferta del tejido teatral catalán que, además de demostrar su potencial, aboga per una vertiente solidaria, destinando precisamente el 2% de la recaudación a la entidad Pallassos Sense Fronteres. 

Pocas horas antes del 16 de marzo, germen de lo que podría ser la Diada Nacional del Teatre, la ocupación ya había llegado a un 75% de la oferta, un detalle que avala la aventura y que hace presagiar que la apuesta por llenar todos los teatros será ganadora. Aun así, no se trata de batir un récord o de cifrarlo todo a la taquilla. Lo que ya se ha conseguido (la unión del sector, la movilización del público, el tono también reivindicativo, el ambiente festivo) es significativo y valioso para el futuro.

Las artes escénicas sufrieron como pocas disciplinas artísticas el impacto de la pandemia. A través de la insistencia en diseñar espacios seguros, armar alternativas y salir a la búsqueda del público joven, y con ayudas institucionales, consiguieron superar un bache que no fue solo producto del confinamiento por el covid sino de ciertos síntomas de deserción del público que se están sabiendo contrarrestar. Cap Butaca Buida ha de servir para que no haya vacíos en la platea, ni hoy ni tampoco durante el resto del año. Para que la ciudadanía tome conciencia, también, de la fragilidad del mundo teatral y de la necesidad de robustecerlo desde todos los puntos de vista.