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Albert Sáez

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Director de EL PERIÓDICO

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Hablemos todos de la nueva etapa

Carles Puigdemont, durante su discurso ante el Consell de la República

Carles Puigdemont, durante su discurso ante el Consell de la República

Carles Puigdemont adelantó el sábado el desbloqueo de la ley de amnistía cuando habló de la apertura de una nueva etapa, en la que (sic) la prioridad no será la lucha contra la represión sino (sic) la preparación de una nueva tanda de acciones unilaterales si no se permite la celebración de un referéndum. Todo indica que en las próximas elecciones al Parlamento Europeo podremos valorar el apoyo que tiene esta propuesta por parte de los electores. Suponemos que un demócrata como Puigdemont estará de acuerdo en que esa nueva etapa no la puede decidir solo él, ni su partido, ni el Consell de la República al que se dirigía cuando lanzó la propuesta. 

Los palmeros de la Moncloa se esfuerzan, día sí y otro también, a enfatizar que la principal novedad de esta nueva etapa es el regreso del espacio de Junts a la política. Catalunya y España lo necesitan. Pero no volvamos a buscar atajos sea en uno u otro sentido. La nueva etapa debería afrontarse desde el reconocimiento de las cosas que no han funcionado aunque incluso estuvieran hechas con la mejor de las voluntades. La ley de amnistía es el reconocimiento de que la respuesta a los anhelos de una parte, sea mayor o menor, de la sociedad catalana debe ser fundamentalmente política y no únicamente judicial. El independentismo, a su vez, debería admitir que todo pacto sobre asuntos fundamentales (sea el Estatut, la autodeterminación o la amnistía) debe hacerse entre los que gobiernan o pueden hacerlo en Catalunya pero también con los que gobiernan o pueden hacerlo en España. Tampoco parece razonable que se pase a votación cualquier cosa a los ciudadanos antes de que la juzgue el Tribunal Constitucional. Y menos aún plantear escenarios que pueden dejar a los catalanes fuera de la UE. Con estos ingredientes hay que arrancar una nueva etapa, sí: política, inclusiva, con respeto a las minorías y dentro de la UE. Si la nueva etapa es bailar al son de Puigdemont, de eso es precisamente de lo que pretendemos salir. 

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