El derecho a la “ñ”
Unos padres franceses, en el 2017, inscribieron a su hijo con el nombre de Fañch. Un juez se lo negó porque argumentó que utilizar la “ñ” implicaba “romper la voluntad del estado de derecho para mantener la unidad del país”
![Los Campos Elíseos de París](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/553badb1-5e97-4c11-98aa-06099df4274e_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Los Campos Elíseos de París / Philippe Wojazer
![Josep Maria Fonalleras](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/099a62ac-310f-4766-9d5a-c7a4b495a7ca_source-aspect-ratio_default_0.jpg)
![Josep Maria Fonalleras](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/099a62ac-310f-4766-9d5a-c7a4b495a7ca_source-aspect-ratio_default_0.jpg)
Josep Maria Fonalleras
Escritor
De hecho, todo procede del latín y de su vulgarización. Pongamos dos ejemplos. "Vinea" derivó en “vinya”, en catalán, o en "viña", en español. En francés, fue “vigne”. La palabra "añojo", en otro caso, nos llega del latín "agnellus" y hace así en español, “anyell”, en catalán, o "agneau" en francés. Podríamos poner más ejemplos sobre la mesa. Determinados grupos de letras y combinaciones se transforman en un sonido nasal palatal que, en la lengua española, a diferencia de los dígrafos que utilizan el francés o el catalán, se escribe con una “ñ”. Ésta es una letra que no existe en la gramática francesa. Y ya sabemos que hay estados plurinacionales, autonomías más o menos respetadas, regiones con cierto estatus, estados centralizados y, mucho más allá, Francia. De tal forma que, para evitar que la patria se rompiera y después de múltiples leyes que imponen el francés por encima de los patrimonios regionales (ridículos, a efectos legales), en 2014 se publicó una circular que sólo admitía los siguientes signos a la hora de registrar a un bebé: à, â, ä, é, è, ê, ë, ï, î, ô, ö, ù, û, ü, ÿ, ç. La “ñ” no estaba. Pero resulta que hay lenguas, como el bretón, que sí que escriben con “ñ”. Unos padres, en el 2017, inscribieron a su hijo con el nombre de Fañch. Un juez se lo negó porque argumentó que utilizar la “ñ” implicaba “romper la voluntad del estado de derecho para mantener la unidad del país”. Ríete de las sentencias del proceso. Ahora, otros padres han vuelto a hacerlo y un juez, siete meses después del nacimiento, ha vuelto a gritarles el alto. O cambian el nombre del niño o el estado actuará en consecuencia. Tras el primer caso, el Tribunal de Apelaciones de Rennes reconoció el derecho de los padres, pero parece que el caso no dictó jurisprudencia. No en las altas instancias estatales, empeñadas en una campaña desproporcionada "a favor de la igualdad sin distinción de origen". Quizá debería intervenir el estado español y defender, en Europa, la singularidad hispana… y la bretona.
Suscríbete para seguir leyendo
- Esta fruta no la come casi nadie, siempre está en los supermercados y está llena de proteína y antioxidantes
- El apellido de origen gitano que tienen más de tres millones de españoles
- Crisis en una escuela compleja de Badalona: pierde a 20 profesores de un plumazo tras el proceso de estabilización docente
- ¿No sabes qué hacer con tanto calabacín? Tres recetas para aprovecharlos
- Un brote de salmonelosis en un bar de Barcelona deja al menos 22 afectados tras comer tortilla de patatas
- Vecinos de Sants piden al Ayuntamiento de Barcelona que compre su bloque para no quedarse sin alquiler
- Estas son las playas de Catalunya con más medusas
- Muere de forma violenta la influencer Catalina Gutiérrez a los 21 años