Ágora

La resiliencia de las universidades públicas de Catalunya

Seguimos siendo uno de los países donde la inversión (pública y privada) en instituciones de educación superior es más baja (1,3% del PIB), claramente por debajo de la media de la OCDE (1,6%).

Aula de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).

Aula de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). / ELISENDA PONS

Daniel Crespo

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Hace apenas unos días, la Associació Catalana d’Universitats Públiques (ACUP) rendía cuentas del examen que hace, cada cinco años, a la situación de nuestras universidades y, dejádmelo decir ya, lo hemos superado con un notable.

A pesar de las carencias de una financiación que todavía apenas se recupera de los años de más dificultades, tenemos un sistema universitario al alza: tenemos más titulados (25.000 personas al año, de los cuales casi el 60% son mujeres), más inserción laboral de nuestros graduados (ronda el 90%), menos tasa de abandono y más presencia femenina que nunca tanto en la docencia como en el alumnado. Hoy, el sistema universitario catalán ofrece 400 grados, 500 másteres y 220 doctorados. Y añadimos a nuestra tarea docente la elaboración del 70% de la producción científica de Catalunya y una contribución capital a la innovación y al desarrollo territorial del país.

El 2023, en el que he presidido la ACUP, ha sido el año de la aprobación de un nuevo marco normativo estatal, la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), que implica cambios estructurales, estatutarios y de personal importantes. Lo que no ha cambiado, sin embargo, es que seguimos siendo uno de los países donde la inversión (pública y privada) en instituciones de educación superior es más baja (1,3% del PIB), claramente por debajo de la media de la OCDE (1,6%).

Con todo, no todo es LOSU y financiación. El marco legal de la enseñanza superior en España es muy conservador y dificulta considerablemente la adaptación de los planes de estudios universitarios a las necesidades cambiantes de la sociedad y del mercado laboral. Convendría, más pronto que tarde, que la administración revise los requisitos burocráticos previos a la creación o modificación de planes de estudio y confíe en unas universidades que figuran en lugares privilegiados en cualquier clasificación. La tradición española se basa en el control previo (ex-ante) y convendría acercarnos a la tradición anglosajona de control posterior (ex-post) basada en la confianza en las universidades y la rendición de cuentas.

El rector Salvi (UdG) toma el relevo al frente de la ACUP con la firme voluntad de trabajar no solo para mantener la calidad de la enseñanza en la educación superior catalán, sino también fortalecerlo frente al futuro que se acerca: una competencia muy dura en el segmento de la educación superior, fruto de la irrupción de otros agentes privados interesados a captar unos estudiantes que también ven Barcelona como una ciudad universitaria de atractivo global.

La resiliencia es la capacidad de un individuo, o de una organización, para afrontar con éxito una situación desfavorable o de riesgo, y para recuperarse, adaptarse y desarrollarse positivamente ante las circunstancias adversas. La resiliencia del sistema universitario catalán es garantía de futuro por nuestro país.