El infortunio
Esta vez, para la estrategia criminal de Putin, no han sido necesarios repentinos accidentes domésticos, asesinatos a sangre fría o invocados suicidios falsos
Josep Maria Fonalleras
Escritor
En 1890, cuando ya sufría la tuberculosis que acabaría con su vida, Anton Pavlovich Chéjov, emprendió un viaje larguísimo, pesado y lleno de incertidumbres e incomodidades diversas, hasta el extremo este de Siberia, a la isla de Sajalín, en el Pacífico, junto al Japón. Quería experimentar de primera mano las condiciones en las que malvivían no sólo los convictos de las cárceles de aquel lugar inhóspito, gélido y lúgubre, sino también el resto de la población, reunidos todos en un penal al aire libre, por decirlo así, del que nadie podía escapar o que, si lo hacían, inevitablemente morían en el intento.
En “La isla de Sakhalín”, que tardó años en escribir y que es más un documento que un relato, un informe científico más que una ficción, Chéjov escribe: “Cuando Dios creó este sitio, no tenía en mente al ser humano”. He pensado en ello a raíz de la muerte de Aleksei Navalni en la colonia penal IK-3 de Kharp. De hecho, como los personajes que Chéjov describe, el opositor de Putin ya estaba muerto antes de morir, dicen, de una embolia o de un mareo o de quién sabe qué desgracia, después de sufrir vete a saber qué humillaciones, la aislación, el desamparo.
Esta vez, para la estrategia criminal de Putin, no han sido necesarios repentinos accidentes domésticos o misteriosos aviones que se desploman sin una causa cierta, no han hecho falta envenenamientos alambicados (aunque también salieron a escena – una marca de la casa – con individuos oscuros trapicheando con sustancias letales) o laberínticas persecuciones o asesinatos a sangre fría o invocados suicidios falsos.
Algunos colaboradores de Navalni consideran que ahora no tenía sentido deshacerse del enemigo con una acción premeditada y mortal. Piensan que puede que simplemente muriera, mientras caminaba, dicen, porque era imposible seguir viviendo en esas condiciones extremas, después de meses de traslados, oscuridades y secretas torturas. Una muerte similar a las muertes del infierno que contempló y describió Chéjov en Sajalín: “Una cárcel con agua alrededor y, en medio, el infortunio”.
Suscríbete para seguir leyendo
- Hacienda te devuelve 300 euros si tienes un hijo menor de 25 años y 900 si tienes dos: así tienes que ponerlo en la declaración de la renta
- El mundo de la cultura, de Almodóvar a Serrat, convoca una concentración para pedir un alto el fuego en Gaza
- Adiós a los cajones de la cocina: la solución con perchas que puedes colocar en cualquier parte
- El CEO publica la primera encuesta de la campaña de las elecciones en Catalunya
- Tiempo de Catalunya, hoy, viernes 26 de abril: empieza un esperanzador episodio de lluvias
- RTVE elimina el último programa de Masterchef en el que se denigró a una concursante que abandonó por estrés
- Precintan un local de Castelldefels por incumplir la normativa de seguridad, salubridad e higiene
- Pedro Sánchez, en directo hoy: las últimas noticias tras la carta del presidente sobre su posible dimisión y reacciones