Ágora
Eva Granados

Eva Granados

Eva Granados es portavoz del PSOE en el Senado

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Economía, una cuestión de confianza

La apuesta del presidente Sánchez por una recuperación justa y fuerte, empieza a llegar a los hogares y empresas, y está transformando nuestra economía

La economía se enfriará en otoño

La economía se enfriará en otoño

Gobernar no es solo gestionar bien orientando la acción política al interés general. También es dar confianza y tener claro hacia dónde se va. En economía, especialmente en contextos volubles y en constante cambio, la confianza es la base, los cimientos, sobre los que construir. Las políticas socialdemócratas que viene desarrollando este Gobierno han logrado, en solo cinco años, que España se haya consolidado como el motor del crecimiento económico en Europa.

Desde que Feijóo nos vaticinara la inminente llegada de una "profunda crisis económica", hace ya más de un año, la evolución del crecimiento de nuestro país no ha dejado de darnos buenas noticias. 

Buen ejemplo de ello son los datos de la última EPA del tercer trimestre, que nos ha dejado un nuevo récord de ocupación en nuestro país: 21,2 millones de trabajadores. O del PIB, que confirma su alineación con las previsiones del Gobierno para este año. 

Nuestra economía avanza con paso firme, pese a encontrarnos en un contexto internacional de gran incertidumbre sobre la economía mundial por factores como la guerra en Ucrania, los problemas comerciales entre grandes potencias, el encarecimiento de las materias primas, la inflación o la subida de tipos. Y a pesar de ello, la economía española crece un 0,3% en el tercer trimestre, y el empleo roza ya los mínimos de 2008, la menor tasa de paro conocida, precisamente con otro Gobierno socialista encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero.

El impulso reformista ha sido, y será, el motor de la acción del gobierno de Pedro Sánchez. Reformas con diálogo y acuerdo social que generan confianza, dan estabilidad a la vida política española, y permiten una paz social muy necesaria. Un círculo virtuoso en el que las medidas audaces y determinadas son acordadas con los agentes económicos y sociales, como ha sucedido con la reforma laboral, o el impulso de la formación profesional a lo largo de la vida. 

Acuerdos que también se han alcanzado con las instituciones europeas, y que han facilitado una modernización sin precedentes de nuestra economía, del trabajo, y un fortalecimiento del Estado del Bienestar mediante políticas innovadoras y el buen uso de los fondos Next Generation.

Y mientras España crea empleo, el principal partido de la oposición lo niega cuestionando los datos oficiales ya sean del SEPE, del INE, del INI, o de cualquier organismo independiente sobre el que la derecha genera sombras de sospecha de forma sistemática. Un ejemplo más de su deriva populista.

La apuesta del presidente Sánchez por una recuperación justa y fuerte, empieza a llegar a los hogares y empresas, y está transformando nuestra economía. Los buenos datos de empleo y crecimiento deben seguir animándonos a luchar con fuerza para lograr en la próxima legislatura el pleno empleo en nuestro país. Estamos más cerca que nunca de ese objetivo, y estoy convencida de que la acción del nuevo Gobierno lo hará posible. Más y mejores empleos para una mejor calidad de vida: seguir revalorizando el SMI, mejorar la seguridad y la salud en el trabajo, la reducción de jornada, y una mejor conciliación laboral y personal. Ese es el objetivo.

La reciente reforma laboral, tan cuestionada como boicoteada por el PP, ha logrado mejorar la estabilidad del empleo, dando unas oportunidades a los trabajadores y trabajadoras que nunca hubieran tenido con un Gobierno de la derecha.

El mito de que el PP gestiona mejor la economía se ha demostrado falso a la luz de los resultados obtenidos por este Gobierno. Pero, también, porque el autor del tristemente famoso “milagro económico del PP” acabó en la cárcel, y porque la mayor tasa de paro de la historia reciente de España se produjo, precisamente, durante el Gobierno de Mariano Rajoy.

El PP, cuando gobierna la economía, lo hace solo para unos pocos: para aquellos a los que beneficia con sus amnistías fiscales, y para aquellos con ingentes fortunas a los que favorece con bajadas de impuestos, imperceptibles para los mortales, pero muy sustanciosas para los ricos. A la clase media, ya sabemos: subidas fiscales y recortes en servicios públicos y en políticas sociales. Un dato: el último Gobierno del PP dejó en un 48% la protección por desempleo. Hoy es ya del 71,51%.

El Gobierno del presidente Sánchez es un Gobierno que cumple. Que ha puesto y pondrá las medidas necesarias para crear empleo de forma sostenida, estable y de calidad, creando una economía que destaca por su fortaleza, su dinamismo y, sobre todo, por la confianza que genera dentro y fuera de nuestras fronteras. Un Gobierno que promueve el crecimiento económico, movilizando inversiones para reindustrializar y digitalizar la economía con medidas como el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con más de 140.000 millones de euros. Un Gobierno que ha promovido desde el principio una recuperación rápida, justa y limpia, como hacemos los socialistas cuando gobernamos. Y en esta línea seguirá trabajando el nuevo Ejecutivo recién elegido.

Hay dos formas de gobernar y dos formas de gestionar la economía: la de los socialistas, promoviendo el crecimiento y el empleo, protegiendo los derechos de los trabajadores y sin dejar a nadie atrás, y la del PP; repartiendo los costes de las crisis de forma injusta, recortando derechos y con la sombra de la corrupción que siempre acompaña al Partido Popular.