Trenes en Catalunya
Joaquim Coll

Joaquim Coll

Historiador

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Magia potagia con Rodalies

El error del Estado es no haber traspasado hace tiempo Rodalies. Ni la gestión ni el funcionamiento serían mejor, pero ya no hablaríamos de ello

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Un tren de Rodalies de Catalunya.

Un tren de Rodalies de Catalunya. / El Periódico

Uno de los mayores errores de los sucesivos gobiernos españoles es no haber traspasado completamente el servicio de Rodalies. Hablo de un traspaso pleno porque, aunque no se sepa, la gestión de los servicios ferroviarios que transcurren íntegramente en Catalunya corresponde desde 2010 a la Generalitat. Las funciones principales que asume son "la regulación y ordenación del servicio, la planificación de la oferta, la gestión y coordinación, la inspección del servicio, las tarifas y las sanciones". El Estado, a través de Adif y Renfe, conserva las competencias sobre la infraestructura y, por tanto, es el responsable de las inversiones.

Los políticos soberanistas llevan años hablando mal de Rodalies, describiendo un servicio casi tercermundista, y el 'president' Pere Aragonès insiste en cada oportunidad, como hizo en el Senado tras quejarse también del déficit fiscal, esos 22.000 millones que pagamos de más a Madrid y que si los tuviéramos harían de Catalunya la Dinamarca del sur. Populismo en vena. Los medios nacionalistas, particularmente las emisoras de radio, publicitan cada día cualquier retraso, una denuncia que, por ejemplo, no hacen sobre las listas de espera en la sanidad ni sobre la falta de médicos especialistas, como tampoco sobre los FFGG. 

Claro que hay retrasos en Rodalies, pero la propia Generalitat, que es quien gestiona el servicio, cifra la puntualidad en más del 90%. El independentismo ha convertido a la Renfe en el blanco de sus críticas a fin de alimentar un agravio. Muchas de las incidencias son provocadas por problemas en la infraestructura, aunque Adif lleva casi tres años desarrollando una fuerte inversión en Catalunya, lo que conlleva obras que provisionalmente generan más molestias.

Pero el error del Estado es no haber traspasado hace tiempo Rodalies. Ni la gestión ni el funcionamiento serían mejor, pero ya no hablaríamos de ello. O igual sí, pero sería para loar las excelencias del servicio. Al igual que la propaganda nacionalista habla maravillas de la escuela y la sanidad catalanas. Qué fácil sería hacer magia potagia con Rodalies.

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