Marta Vall-llosera, 'presidenta' de los arquitectos: "Es tiempo de rehabilitar"

Barcelona, por decisión de la Unesco y la Unión Internacional de Arquitectos (UIA), será la capital mundial de la arquitectura en 2026. Eso queda lejos, pensarán. No para Marta Vall-llosera (Lleida, 1962), la primera mujer que preside el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), o lo que viene a ser lo mismo, a los 50.000 arquitectos del país. Y ya ha empezado con los preparativos.

¿Barcelona se merece –aún– ser capital mundial de la arquitectura?

¡Ganó a la candidatura de Pekín!

"Hay que ir hacia urbes más policéntricas, con servicios próximos, que permitan recuperar tiempo y ahorrar energía"

Me refería a si es lo que era.

Siempre ha sido una ciudad de referencia. Como otras grandes ciudades, está en un proceso de renaturalizar espacios, de reverdecerlos. La salud de los ciudadanos depende de reducir el tráfico, de peatonalizar calles. Hay que ir hacia urbes más policéntricas, con servicios próximos, que permitan recuperar tiempo y ahorrar energía.

Arquitectura es construcción, y la construcción produce el 40% de las emisiones.

Hay que conseguir edificios de consumo energético prácticamente nulo, pero es tiempo de rehabilitar y de reutilizar. Tenemos un parque edificado muy antiguo y podemos mejorar su eficiencia, no tanto con un cambio de instalaciones, sino mejorando los sistemas pasivos: el aislamiento de fachadas y cubiertas, hacer mejoras funcionales para conseguir ventilaciones cruzadas.

Muy revolucionario no suena.

Es necesario. También se pueden estudiar dependencias compartidas, como cuartos de la colada o salones comunes para celebraciones, apostar por el autoconsumo. De todo eso hablaremos en el congreso de Barcelona, en cuya organización nos acompañan las tres administraciones públicas.

No sabemos cómo quedará el Gobierno.

Es algo de interés general. Cada vez hay una mayor sensibilidad por lo que puede aportar la arquitectura para mejorar la vida de todos, conseguir la máxima igualdad y preservar el futuro del planeta.

"La pandemia nos enseñó que hacen falta espacios flexibles"

¿Cómo diseñaría una vivienda del futuro?

Lo que ha enseñado la pandemia es que hacen falta espacios flexibles, que puedan transformarse en función de las circunstancias. Hemos premiado a Harquitectes de Sabadell por sus oficinas 1822 para la empresa farmacéutica Galenicum, en Esplugues de Llobregat (Barcelona). Ellos reducen pasillos, evitan espacios muertos, se focalizan en un consumo practicamente nulo.

Eso no está al alcance de cualquiera.

Uno de los programas de ayuda de la UE es el plan de rehabilitación integral residencial dotado con 3.420 millones de euros. Si no se puede hacer todo, se puede abordar por fases.

"Es necesario más colaboración público-privada para crear vivienda asequible"

Tener un techo ya es un lujazo.

La vivienda debería ser un derecho básico, como recoge el artículo 47 de la Constitución. Es necesario más colaboración público-privada para crear vivienda asequible.

¿Aplaude la nueva ley de la vivienda?

Tener en cuenta cómo abordar políticas públicas que promuevan más vivienda asequible es positivo. Nosotros pedimos un consenso para establecer políticas en el medio y largo plazo.

No se quiere mojar, ¿eh?

Creemos que no se puede politizar la vivienda, ni la ordenación del territorio.

"No se puede politizar la vivienda, ni la ordenación del territorio"

¿Dónde vive la jefa de los arquitectos, si no es una impertinencia?

[Ríe] En una casa antigua en el casco antiguo de Palma. La rehabilitamos hace 30 años con una intevención, creo, bastante valiente, porque hicimos espacios muy amplios, en los que fluyen las visuales.

¿Tiene una habitación propia?

Tengo un rincón de lectura en la sala que queda muy protegido. 

¿Qué exige para el buen vivir?

Luz, ventilación y un espacios que fluyan.

"Para vivir necesito luz, ventilación y espacios que fluyan"

¿Esa es hoy la definición de arquitectura?

Dice Peter Zumthor que antes de conocer la palabra 'arquitectura' ya la hemos experimentado. Es una combinación de técnica y arte, sin desatender a la dimensión social. A mí me gusta recuperar edificios antiguos.

¿No hacerlos de cero?

Yo comparto despacho con mi marido, José María Oliver, y nos dedicamos a una arquitectura pequeña que nos permita ir al detalle, escuchar y acompañar al cliente.

Eso, seguramente, acabará. La inteligencia artificial les quitará trabajo.

Alejandro de la Sota hablaba del "alma". Creo que hay que intentar que la arquitectura responda a un lugar, a la esencia huamana, que no pierda el alma.