Quizás se acerca un tsunami

Eduard Muntaner recuerda el experimento que realizó Joan Brossa, con unos amigos suyos, químicos e informáticos, y con la ayuda de un IBM 1130. Corría el año 1977 y la idea consistía en generar, con el ordenador, sextinas, una composición diabólica que Brossa cultivó por su cuenta con creces. La sextina tiene seis estrofas de seis versos y seis palabras/rima que se van repitiendo al final de cada verso, pero ubicadas, cada estrofa, en un lugar diferente. Al final, otros tres versos donde se acumulan las seis palabras/rima. Una operación diabólica, pues, y muy adecuada para que un programa informático apareciera en escena, “inmerso como estaba Brossa en buscar nuevas formas poéticas”. El ordenador (ahora una pieza de museo) generó veinte, a partir de las palabras propuestas por el poeta. Y él escogió una y la publicó, sin tocar ni una coma, ni una palabra/rima.

Inteligencia Artificial

Eduard Muntaner es ingeniero, cooperante y educador. Es profesor en la Universitat de Girona y trabaja en proyectos para enseñar códigos de lenguaje informático y nuevas vías de conocimiento pedagógicas a partir de las aplicaciones de la tecnología. También es poeta. Interesado, como es lógico, en la eclosión de la Inteligencia Artificial y con un aire juguetón, ha creado, en su blog ('Com gotes a l’oceà') lo que él llama “Test Turing-Brossa”, a partir del concepto que diseñó Alan Turing para saber si un robot podía pensar como un humano o hacérnoslo creer, y a partir, claro, de aquella facecia que decíamos de Joan Brossa. Él mismo ha dialogado con el ChatGPT y ha confeccionado cincuenta poemas "falsos" que ha enfrentado a cincuenta poemas "verdaderos" de conocidos poetas catalanes. En el test, se trata de adivinar si la autoría es humana o no. Confieso que he fracasado en el intento y muchas veces no he sabido distinguirlos. No porque los humanos sean malos, sino porque, con extrema habilidad, Muntaner logra crear la ilusión de verosimilitud en los poemas que la herramienta ha escrito. Ahora es solo un divertimento, pero, como dice él mismo, “quizás se acerca un tsunami”.

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