Los catalanes y el CEO

Las encuestas las encarga el diablo

No vamos a reconocer que somos tan tarambanas que nos creemos todo lo que unos iluminados nos prometan, aunque sea una republiqueta sin ton ni son

Leonard Beard

Leonard Beard / Leonard Beard

Albert Soler

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Los catalanes somos ante todo muy responsables, lo cual estaría muy bien si no fuera que eso es lo que dice el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), es decir, la encuesta que se realiza entre los propios catalanes. Faltaría más. Ya que nos preguntan a nosotros, no vamos a responder que somos sobre todo crédulos e ilusos. No vamos a reconocer que somos tan tarambanas que nos creemos todo lo que unos iluminados nos prometan, aunque sea una republiqueta sin ton ni son que está solo en su imaginación. Lo bueno de las encuestas que nos hacemos a nosotros y que también nos respondemos nosotros, es que nos declaramos los más responsables, inteligentes, guapos, empáticos, solidarios, generosos y sagaces del mundo. Y que nuestro plato favorito es la paella, que eso lo dice también el CEO.

-Muy buenas, soy del CEO, permítame una pregunta: ¿como catalán, usted cree que los catalanes son responsables o imbéciles?

-Muy responsables, señorita, somos los más responsables del mundo. Por cierto, la invito a una paella en la Barceloneta.

Mi abuela opinaba también que su nieto, o sea yo, era el más guapo del universo, y se hubiera partido la cara con quien sostuviera lo contrario, menuda era. Lo creía a pies juntillas y sin necesidad de preguntárselo a 2.000 personas como el CEO, menuda pérdida de tiempo y de dinero, cuando lo veía ella con esos ojitos. Las encuestas del CEO son como nuestra abuela, o peor todavía, porque nos preguntan a nosotros mismos cómo somos, es decir, como si mi abuela me preguntase a mi si yo era guapo. No vamos a admitir que somos tan idiotas de creernos sin rechistar a un Vivales que nos suelta que dentro de 18 meses Catalunya va a ser el mejor país del mundo, con silla en la ONU, en la OTAN y en la OTI. No vamos a reconocer que somos unos bobos dispuestos a permitir que nos sigan engañando para que unos pocos vivan bien. De eso nada, los catalanes somos responsables y lo nuestro es el famoso seny, eso es lo que contestamos. Y que nos gusta la paella, por supuesto.

Dice también la encuesta del CEO que los catalanes somos poco propensos a confiar en los demás. Vamos, que para engañarnos, se debe sudar tinta. Será que los dos millones de personas que se tragaron el cuento de la republiqueta no eran catalanes. O será que en el momento de responder la encuesta ya habían olvidado que fueron engatusados por una banda de trileros.

-Permítame otra pregunta: ¿confiaría en alguien que le promete algo imposible, le pide a usted que lo defienda como sea y después él se larga sin mirar atrás y abandonándolo a su suerte?

-Bueno, en eso sí confiaría, pero en todo lo demás soy muy desconfiado, apúntelo bien, que no me fío de lo que escribe. Y me gusta la paella. Con gambas y mejillones a poder ser.

Uno echa en falta una encuesta del CEO a los propios miembros del Governet, para que puntúen del 9 al 10 su acción de gobierno. Y otra a los inquilinos de la Casa de la Republiqueta, en Waterloo, para que ellos mismos -el fugado, el pianista, el rapero y el fámulo Matamala- valoren si la vida que se pegan a costa de los muy responsables y desconfiados catalanes es de a) rajá, b) pachá, c) obispo, d) todas las anteriores. Y si su principal objetivo, una vez la republiqueta se ha demostrado imposible, es zamparse una buena paella.