APUNTE

Barça, algo para recordar

Xavi, que estaba sancionado, siguió el partido contra el Valencia desde la zona alta del Camp Nou.

Xavi, que estaba sancionado, siguió el partido contra el Valencia desde la zona alta del Camp Nou. / Jordi Cotrina

Sònia Gelmà

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Las Ligas tienen mucho mérito. Ganarlas significa que has sido el mejor de la temporada. Que como equipo has sido solvente en los buenos momentos, pero también resolutivo en los no tan buenos. Supone la satisfacción del deber cumplido. Pero a diferencia de los torneos por eliminación, el de la regularidad se disfruta poco a poco, con una explosión menor cuanto mejor y más cómodamente se gana. Si se intuyen meses antes, saben incluso a poco. 

Si el Barça supera las próximas dos jornadas con éxito, tendrá más de media Liga en el bolsillo. Y es ahora, que ya vemos cerca la orilla, cuando nos ponemos estupendos con el estilo. Como si hubiera debate. Como si tuviéramos que escoger. Como si los que queremos que el Barça juegue mejor, que nos entretenga, tuviéramos que renunciar a la victoria. O como si los que quieren ganar, no quisieran divertirse. En realidad, Xavi es el primer aliado de los que lo queremos todo. 

Mejora numérica

El técnico azulgrana considera que el listón no debe ser el del mejor Barça de la historia, en el que él era una pieza básica, sino el del año pasado. Se entiende lo primero, no podemos aspirar ahora mismo a jugar como un equipo que sabemos que es irrepetible, pero faltaría más que no hubiera mejoría cuando se han fichado media docena de jugadores nuevos.

Sabemos que no se pueden jugar 38 partidos de Museo, ni ahora ni tampoco en los mejores Barça, pero sí dejar unas cuantas tardes memorables

La mejora numérica es evidente, y aunque por momentos podamos asumir, como decía Koeman, que esto sigue siendo lo que hay, permítannos que soñemos con un tramo final de temporada divertido, con buenos partidos y, sobre todo, sensación de caminar hacia alguna parte, sea con el equipo titular o con los suplentes, porque la situación del club no permite pensar en otra revolución como la del verano pasado. 

Sabemos que no se pueden jugar 38 partidos de Museo, ni ahora ni tampoco en los mejores Barça, pero sí dejar unas cuantas tardes memorables, algunos goles imborrables, alguna remontada increíble, y algún gol momento que reivindicar para poder diferenciar esta Liga, que tiene cada vez más cerca, de la anterior o la siguiente. Que se lo digan a Valverde.

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