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Centenario de la visita de Einstein a Barcelona

El científico se convirtió en un icono de masas, la estrella del momento, inalcanzable, un ídolo cuya sola representación podía hacerte sentir hasta más inteligente. Todo el mundo quería verlo y escucharlo

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eins / Archivo

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Albert Einstein visitó la Escola Industrial de Barcelona (EIB) en febrero de 1923, dos años después de recibir el Premio Nobel de Física por su teoría del efecto fotoeléctrico (1905) y habiendo sido confirmada su teoría general de la relatividad (1915) por la Royal Society de Londres en 1919. Con Einstein, espacio, tiempo y materia dejaron de ser entes independientes. Nuestra visión del mundo cambió para siempre. Fue tal el cataclismo que sus efectos inundaron el arte, la ciencia y la tecnología, desde entonces y hasta nuestros días. Einstein se convirtió en un icono de masas, la estrella del momento, inalcanzable, un ídolo cuya sola representación podía hacerte sentir hasta más inteligente. Todo el mundo quería verlo y escucharlo. En su estancia en Barcelona (22-28 de febrero), facilitada por el físico e ingeniero Esteve Terradas i Illa, dictó cuatro conferencias que los diarios de la época afirman que pocos fueron capaces de seguir, salvados los primeros minutos.

La Escola Industrial de Barcelona (EIB)

Einstein visitó la EIB invitado por Rafael Campalans i Puig, director de l’Escola del Treball (EdT) y del Consejo de Pedagogía de la Mancomunitat de Catalunya. Por entonces, la EdT era un centro de referencia en Formación Profesional (1.300 alumnos). Se impartían especialidades como mecánica, calderería, construcciones civiles, electricidad y química textil. Los planes de estudio contemplaban materias como aritmética, dibujo, tecnología mecánica, física y química, geometría, etc. Hoy en día, la EdT es un centro de excelencia estatal en Formación Profesional (más de 3000 alumnos) donde se imparten especialidades de la industria actual, con asignaturas tales como impresión 3D, robótica colaborativa, Internet de las cosas, etc.

Contribuciones de Einstein a la tecnología actual

Einstein contribuyó a consolidar la física cuántica a pesar de que, inicialmente, se resistía a aceptar su aleatoriedad intrínseca; de ahí su famosa frase “Dios no juega a los dados”. Sin embargo, planteó una serie de ejercicios mentales para desacreditar la física cuántica, pero Niels Bohr (Nobel en 1922) demostró que esos ejercicios consolidaban la nueva física. Sus investigaciones sobre el efecto fotoeléctrico o la relatividad general subyacen en muchas de las tecnologías actuales (placas solares fotovoltaicas, sistemas de registro de imágenes de cámaras fotográficas o vídeo digitales, sistemas de navegación GPS, etc.). Así mismo, la compresión de las bases de la materia y la energía permitieron desarrollar la energía nuclear, la resonancia magnética y la tomografía, las pantallas LED, la fibra óptica, el láser o semiconductores. Actualmente, la computación cuántica, la inteligencia artificial, el desarrollo de nuevos sensores y sus aplicaciones en navegación y en comunicaciones lo volverán a revolucionar todo. Sin embargo, es nuestro deber rendir tributo a aquellos que dedicaron sus vidas para que todo esto sucediera. 

Firman este artículo Sergio Gómez González, del Departament d'Enginyeria Gràfica i de Disseny (EEBE, UPC) y profesor de la Escola del Treball de Barcelona; Enrique Fernández Aguado, del Departament de Ciència i Enginyeria de Materials (ETSEIB,UPC), y José López López, del Departament de Física (EEBE, UPC).