Apunte

Medidas anticrisis: buena partitura, mala afinación

Pedro Sánchez

Pedro Sánchez / JUAN CARLOS HIDALGO / EFE

Jordi Alberich

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El tercer paquete anticrisis no depara sorpresas respecto los anteriores, al perseverar en actuaciones orientadas a los colectivos más sacudidos por la persistente alza de precios. Una inflación que se ceba en la alimentación, lo que lleva a reducir el IVA para los productos básicos y a una exención total del impuesto, durante seis meses, para los alimentos de primera necesidad. A su vez, se aprueba una ayuda directa a las familias de menor renta, así como otras medidas en el ámbito energético y de alquiler de vivienda.

Las nuevas actuaciones suponen un coste a las arcas públicas de 10.000 millones de euros, parte de los cuales se espera ingresar con los nuevos impuestos a la banca, las energéticas y los grandes patrimonios. Así, en conjunto, la actuación gubernamental aparece como sensata: se ayuda a los colectivos más frágiles y se grava a los que más tienen y pueden beneficiarse en el nuevo escenario inflacionista.

Sin embargo, algunas disfunciones lastran la bondad de los sucesivos paquetes anticrisis. Aparcado por imposible, en la actual dinámica política, el deseable pacto de rentas, se ha apostado por el incesante goteo de medidas, cuando hubiera resultado más efectiva una aproximación global a los efectos de la guerra de Ucrania que, a su vez, incorporara una mayor atención a los sectores productivos.

Por su parte, acerca de los nuevos impuestos, a los más favorecidos se les debe exigir una mayor contribución, pero nuevamente se echa en falta una aproximación más sofisticada. Por el contrario, se ha optado por la solución fácil y políticamente rentable de señalar exclusivamente a banca y energéticas. En cualquier caso, en el actual escenario de fractura social y radicalidad política, todo lo que se haga será descalificado automáticamente. Así las cosas, quedémonos con que lo aprobado por el gobierno no está mal. Aunque poco afinada en su interpretación, la partitura es la correcta. Que no es poco.

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