Artículo de Joaquim Coll

'Catalangate' o 'catalanfake'

Según un catedrático de Ciencias de la Computación las acusaciones de espionaje no se sostienen, las decenas de casos son, con toda probabilidad, falsos positivos, y tampoco hay manera de acceder a las pruebas

La nueva directora del CNI, Esperanza Casteleiro.

La nueva directora del CNI, Esperanza Casteleiro.

Joaquim Coll

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A los europeístas nos gusta defender a las instituciones de la Unión, incluso en los momentos más difíciles, pero también hemos de reconocer que a veces la Eurocámara se utiliza como mero altavoz para las disputas políticas internas de los estados miembros. Es lo que intentaron hacer esta semana los grupos independentistas con el asunto del 'catalangate', el presunto espionaje masivo del que fueron víctimas por parte del CNI. La cámara europea creó una comisión para saber qué había pasado con el espionaje a móviles en España mediante el programa Pegasus, del que también el Gobierno de Pedro Sánchez denunció haber sido víctima, aunque sin señalar a nadie, si bien sobre Marruecos recaen todas las sospechas. Se invitó a hablar a la directora del CNI, Esperanza Casteleiro, para que los eurodiputados de ERC y Junts le hicieran preguntas que, sabían, ella no iba a poder responder, porque la ley de secretos oficiales solo permite hacerlo en la comisión específica que existe en el Congreso, y en la que Gabriel Rufián participa, pero en ningún otro sitio más. Nada que no hagan los otros países europeos con sus servicios de inteligencia, pero se trataba de armar el pollo.

Lo más interesante fue la intervención de Gregorio Martín, catedrático de Ciencias de la Computación de la Universitat de València, que lleva meses estudiando a fondo el informe avalado por el Citizen Lab de la Universidad de Toronto. Pues bien, sus conclusiones son demoledoras, las acusaciones de espionaje no se sostienen, las decenas de casos del 'catalangate' son, con toda probabilidad, falsos positivos, y tampoco hay manera de acceder a las pruebas. El informe no pasaría ningún filtro académico, solo sirve a efectos propagandísticos, pues incluso el nombre del documento coincide con el eslogan de la campaña que en abril de 2021 tenía previsto lanzar la ANC, en Bruselas. Estamos, pues, ante un 'catalanfake'. Pero el mayor de los despropósitos es que el Gobierno español, para contentar a ERC, accediese a cesar a la anterior responsable del CNI en lugar de denunciar la campaña del secesionismo contra la democracia española.

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