Caer bajo

Joana Masdeu: por qué desacreditar a los periodistas

Nos tendríamos que grabar a fuego que, en las redes sociales, nada es lo que parece y que haríamos bien en no difundir mensajes por grupos de WhatsApp que no sabemos de donde vienen

Francesc de Dalmases

Francesc de Dalmases / FERRAN NADEU

Agnès Marquès

Agnès Marquès

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¡Es sensacional! Cuando pensábamos que ya habíamos tocado fondo descubrimos que el suelo todavía está más abajo, allá donde corren las criaturas que siempre se esconden. Y ojo que no esté todavía más abajo, porque sospecho que algunos tienen una capacidad ilimitada de sorprendernos.

Podemos bromear, es bastante cómico, de hecho, pero es que el trasfondo de todo es demasiado grave como para no pararse a pensar en ello: el sector borrasista que no entiende cuál es el trabajo de los periodistas y que considera que hacer preguntas durante una entrevista es hacer de fiscal, se inventa un perfil en Twitter para defender Francesc de Dalmases que se hace pasar, justamente, tachín tachán, ¡por una periodista! una periodista a quien bautizan como Joana Masdeu y que, en este caso, cuestiona a través de un hilo de Twitter que se cuestione lo que ahora ya es incuestionable, según el informe elaborado por Magda Oranich y la versión uniforme de todos los testigos. El hecho que la supuesta Joana Masdeu se presente como periodista parlamentaria hace que periodistas de este pequeño país averigüen rápidamente que no existe tal periodista y que la cuenta de Twitter está asociada al teléfono de un colaborador estrecho de Laura Borràs.

Desacreditan a periodistas a la vez que consideran que, desde la cuenta falsa de una presunta periodista, conseguirán crear un estado de opinión, en este caso favorable a ellos. ¿Sabéis ya por qué desacreditan a periodistas? No es una cosa menor. Se dice que todos los partidos contratan servicios para difundir mensajes en las redes que les apoyen, seguramente es así, cosa que demuestra con qué sensación de impunidad va por el mundo alguna clase política y algunos partidos, o algunos políticos dentro de algunos partidos.

Nos tendríamos que grabar a fuego que, en las redes sociales, nada es lo que parece y que haríamos bien en no difundir mensajes por grupos de WhatsApp que no sabemos de donde vienen, y también de sospechar que todo aquello que hierve en las redes quizás hierve instigado por alguien que tiene intereses. Y una cosa más: que quien hace todo esto desde la clase política demuestra también el aprecio y consideración que tiene por los ciudadanos y sus votantes: no les importa engañarlos o confundirlos, solo quieren el poder que pueden obtener en forma de votos.