La hoguera

Girasoles con tomate

Ni lo de los pijos de Madrid fue una agresión machista, porque estaban jugando a insultarse con las vecinas, ni lo del tomatazo a Van Gogh ha sido un destrozo de patrimonio artístico, porque estaba acristalado el cuadro

Un grupo ecologista lanza sopa sobre 'Los girasoles', de Van Gogh.

Un grupo ecologista lanza sopa sobre 'Los girasoles', de Van Gogh. / Twitter

Juan Soto Ivars

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Ya lo habéis visto. Dos chicas lanzan salsa de tomate contra el cuadro de los girasoles de Van Gogh, en Londres, y luego se vierten pegamento en las manos y las adhieren a la pared. Protestan contra la destrucción del medio ambiente. Las preguntas que lanzan tienen resonancia: ¿por qué nos preocupamos más de cuidar las obras del hombre (como el arte) que las obras de la naturaleza? ¿Por qué protegemos el arte mientras devoramos el medio natural? ¿Qué sentido tiene cuidar unos cuadros si tanto el planeta donde está el museo como la civilización que lo aprecia van camino de la destrucción? 

Casi cada día hay alguna especie de insecto o de planta que se extingue para siempre debido al calentamiento atmosférico y demás regalos nuestros para el medio ambiente. Repito: casi cada día hay una especie que desaparece, sin que nadie pestañee. No deja de ser extraño, entonces, que las extinciones nos molesten menos que un atentado contra la obra de Van Gogh, ¿verdad?

Las dos activistas climáticas que han lanzado tomate al cuadro tienen la misma edad que Greta Thunberg. Es la edad, también, de los alumnos del colegio mayor Elías Ahúja de Madrid, y de sus vecinas del colegio Santa Mónica. Ese vídeo del colegio mayor está más relacionado de lo que parece con el vídeo del tomatazo contra el cuadro: los dos son pruebas manifiestas de que vivimos en una sociedad, no sé si desinteresada o incapaz, de someter las imágenes a reflexión. Como si la pantalla emitiera verdades absolutas, indiscutibles, cerradas a toda interpretación, aparecen y todo el mundo dice lo mismo. Es la imagen devorando a la narrativa. El sentimiento devorando al pensamiento.

Veamos: en letra pequeña, en las crónicas de la prensa sobre el tomatazo, se lee que las chicas eligieron ese cuadro porque está protegido por un cristal. Vamos, que ellas sabían que iban a generar una imagen impactante, pero no querían dañar la obra de Van Gogh, y no lo han hecho. De la misma forma, con lo del colegio mayor, también se decía en letra pequeña en las crónicas que las receptoras de los insultos machistas estaban enteradas, y participaban de ese intercambio obsceno.

Es decir: ni lo de los pijos de Madrid fue una agresión machista, porque estaban jugando a insultarse con las vecinas, ni lo del tomatazo a Van Gogh ha sido un destrozo de patrimonio artístico, porque estaba acristalado el cuadro, y las chicas lo sabían. Hay que ver lo que nos gusta el drama.

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