ANÁLISIS

Cabeza con Dembélé

Si Dembelé no quiere renovar, lo mejor es que se vaya este invierno. Pero si finalmente no llegan a un acuerdo, el club debe estar por encima de castigos y aprovechar el poco desequilibrio que tiene en la plantilla.

Dembélé, en un entrenamiento del Barça en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí.

Dembélé, en un entrenamiento del Barça en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí. / FCBARCELONA

Sònia Gelmà

Sònia Gelmà

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La historia del Barça y Dembelé no empezó bien. El jugador plantó al Dortmund, sin acudir a los entrenamientos, hasta que el club alemán accedió a traspasarlo. Esa falta de profesionalidad es muy oportuna cuando eres el club que quiere fichar, pero debería ser tomada como una advertencia para el futuro: en su momento te lo puede hacer a ti.

Dembélé se salió con la suya, pero el Barça ya debió aprender que el delantero no tenía el mejor entorno posible. No debería, por lo tanto, sorprender el vodevil que están suponiendo las negociaciones con su representante por la “no renovación”. Llegados a este punto, lo mejor que les puede pasar a ambas partes es que encuentren una solución este mismo enero: cada uno por su lado y hasta la próxima.

Ninguna deuda

Dicho esto, ni Dembélé ni el Barça se deben nada el uno al otro. Es cierto que el rendimiento del futbolista –marcado por las lesiones—no ha sido el esperado, pero el Barça no le ha pagado su nómina por su buena voluntad y generosidad, sino porque no tenía alternativa. Simplemente ha cumplido con lo firmado. Y es cierto que el club ha sido paciente, como también es cierto que lo intentaron colocar en París cuando se plantearon el retorno de Neymar, y que lo empujaron a Manchester cuando pretendían traer a Memphis. El club estaba en su derecho de intentar colocarlo porque no le tenía fe, y él es libre de pensar que solo le han creído pieza básica cuando se han encontrado en medio del desierto ¿Que no dio motivos para confiar en él? Pues tampoco.

Si Dembélé no quiere renovar, lo mejor es que se vaya este invierno. Pero si finalmente no llegan a un acuerdo, el club debe estar por encima de castigos y aprovechar el poco desequilibrio que tiene en la plantilla. Y ya de paso, si Dembélé consigue ser determinante, quizá contribuya a que sus compañeros crezcan en un proyecto que ya no contará con su participación futura. El Barça debe tener cabeza con Dembélé, precisamente lo que siempre se ha echado de menos en el delantero. 

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