Pros y contras

Mearse de risa

No me hiere (particularmente) la broma, sino la absoluta mezquindad intelectual, ese desprecio por la lengua, es decir, por la cultura, es decir, por la civilización

Una imagen de 'El juego del calamar'.

Una imagen de 'El juego del calamar'.

Josep Maria Fonalleras

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Un programa de RNE hace cachondeo de la lengua catalana. En concreto, se mean de risa cuando comprueban que la traducción catalana de una serie coreana que, en castellano, se llama 'El juego del calamar', debería ser 'El joc del calamar'. Soy incapaz de entender la gracia del chiste. Me hace pensar en otra facecia de hace años, también en una emisora pública (en este caso, Catalunya Ràdio). El presentador, Jordi González, discutía con los colaboradores sobre la palabra que designa un lignito negro y reluciente y que, en castellano, es el azabache. Un periodista hizo mención de la 'atzavara', el agave, pero otro le retopó y le dijo que no, que era 'atzabeja'. Las risas fueron fenomenales. Era extraño, atávico, casi prediluviano que el sustantivo árabe 'az zabaja', que en castellano hace 'azabache' fuera 'atzabeja' en catalán.

El programa de RNE se ha disculpado. Dijeron que era una broma en un espacio de bromas y que ya se sabe que el humor puede herir la sensibilidad de algunos ciudadanos, en este caso catalanes. No es el caso. A mí no me hiere (particularmente) la broma, sino la absoluta mezquindad intelectual, ese desprecio por la lengua, es decir, por la cultura, es decir, por la civilización.

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