XAVI REGRESA A CASA

¡Habemus papa!

Xavi Hernández

Xavi Hernández / EFE / NOUSHAD THEKKAYIL

Emilio Pérez de Rozas

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Si usted entra, como suele hacer varias veces al día, en Google y escribe ‘habemus papa’, le saldrá lo siguiente: El anuncio del nuevo Papa se hace desde el balcón central de la basílica de San Pedro, en Ciudad del Vaticano. Después del anuncio, el nuevo Papa, si lo cree oportuno, pronuncia su primer discurso al mundo después del cónclave –normalmente, apenas unas frases improvisadas en italiano, asumiendo su papel de obispo de Roma- e imparte, solemnemente, su primera bendición apostólica ‘Urbi et Orbi’.

En ello estamos. Será, pronto, muy pronto, en el Camp Nou, que empieza a tener poco de basílica y mucho de iglesia en pésimo estado. Pero será. Y no será, no, porque el presidente del Barça, Joan Laporta, se haya dignado rendirle pleitesía al jefe dueño del club donde entrena Xavi Hernández, no. Ni siquiera porque los dos prodigiosos negociadores que ha enviado el presidente a Doha, su amigo Rafa Yuste y Mateu Alemany, se hayan movido mucho más del gimnasio del hotel de lujo donde se hospedaron, que va, que va, no han pegado ni golpe.

Pagando, claro

Será porque el candidato a nuevo papa azulgrana, el propio Xavi Hernández, que, en efecto, tenía muchísimas más ganas de fichar por el Barça que Laporta de que fuese su entrenador (ya saben, está verde y el presidente quería a Andrea Pirlo), se movió con la habilidad de un intermediario y, ayudado por el compromiso, que eso sí lo tienen, dicen, los jeques, de que le dejarían salir si venía el Barça, ha logrado rescindir, con buenas maneras, su contrato.

Eso sí, como Laporta no se quiso hacerse la foto con el jeque, aunque sí enviará el equipo a Arabia Saudi en el homenaje a Diego Armando Maradona y hasta acaba de firmar un acuerdo con una compañía israelí de un amigo suyo (vaya, vaya, con el artículo de los derechos humanos de los Estatutos), el Barça ha tenido que pagar (como pagó a la Federación Holandesa de Fútbol por Ronald Koeman) los cinco millones de euros de cláusula que fijaba el contrato de Xavi como escapatoria, siempre y cuando no hubiese foto.

Al loro

Lo cierto es que, al final (o al principio), casi siempre tiene razón, aunque nadie se lo quiere reconocer, el patrón Javier Tebas, que, desde el primer día, dijo aquello de “al loro, que el Barça no está tan mal”. Pues debe ser cierto, hay vicepresidente que se gastan 700 euros en dos botellas de vino en una comida de pretemporada, en Alemania, y quienes viajan, a todo lujo, a Doha (Catar), para ver como Xavi les hace el trabajo. Gratis, no, claro, porque el ídolo, el nuevo papa azulgrana, viene con familia y un total de ocho ayudantes.

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