Sant Jordi

La diversidad de la oferta es la clave de este año

La fiesta del libro se presenta como una oportunidad única y necesaria para restablecer la diversidad de las librerías

Una parada de rosas y libros por Sant Jordi.

Una parada de rosas y libros por Sant Jordi.

Isabel Sucunza

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Con todo preparado para un nuevo Sant Jordi subnormal (en casa lo llamamos así), el otro día nos acordábamos del del año pasado, más subnormal todavía, y pensábamos que, igual que aquel sirvió para que la urgencia de la realidad se llevara por delante la diversidad de las librerías, el de este año se presenta como una oportunidad única y necesaria para restablecerla.

En 2020, la venta grande de aquellos días se acabó canalizando vía una web, la de Llibreries Obertes, que mientras sí que conseguía poner al alcance de los lectores unos cuantos centenares de títulos, también lanzaba un mensaje que obviaba esta diversidad. El mensaje decía: “Todas las librerías ofrecen los mismos libros”.

Aquella campaña, si no tenemos en cuenta este aspecto, resultó de lo más efectiva: se vendieron miles de ejemplares que de otro modo se habrían quedado en los almacenes de las distribuidoras.

El objetivo de este año sigue siendo el mismo: conseguir números de ventas gordos; sin embargo, la campaña debería ser la contraria: esta vez no son los ejemplares los que tienen que ir a parar a las manos de los lectores, sino los lectores los que tendrán que ir a buscarlos de manera segura y evitando las aglomeraciones en la medida de lo posible.

Este 2021 hacía falta transmitir dos mensajes claros: el primero, que la compra de Sant Jordi se puede hacer cualquier otro día; y el segundo, que ayudaría mucho si se supiera qué librerías tienen qué libros para que el reparto de compradores se produjera de manera casi natural.

Hacían falta dos campañas bien definidas para asegurarse de que los dos mensajes llegaban al público general. El primero, viendo el aumento del nivel de circulación de gente de estos últimos días por la librería, parece que ha llegado; para el segundo, quizá habría hecho falta concretar la oferta de cada una de las zonas perimetradas que se instalarán a finales de esta semana en la ciudad según las librerías y editoriales que montarán sus paradas en cada una de ellas.

A ver cómo acaba saliendo la cosa.