Unos gramos de DUI

Venga, vamos, que me la quitan de las manos. Hoy está de oferta. Baratita, baratita. ¿Fresca? No, congelada en su momento óptimo: cuando aún parecía de verdad, cuando callábamos que íbamos de farol. ¿Quién no quiere volver a revivir aquellos momentos? Años de celebraciones multitudinarias, de ‘diadas’ inolvidables, de promesas grandilocuentes, de exaltación de un sueño colectivo (que no lo era), de creernos los mejores, los más inteligentes, los más nobles... ¡El mundo nos esperaba con los brazos abiertos!

Venga, vamos, cómprame otra DUI. Somos los que colocamos a un presidente que destilaba torpeza y sectarismo, los que jugamos con promesas imposibles, los que pusimos altavoces al populismo y repartimos carnets de catalanidad señalando a los adversarios al grito de ¡traidor! Somos los que sumamos humilladores profesionales y modelamos los mensajes con el único objetivo de enquistar la crispación. Venga, cómprame un poco de DUI. En realidad, con unos gramos me conformo, justo lo que pesa la papeleta de Junts. ¡Ah! ¿Y sabéis la última? Nos comprometemos a no contratar empresas del Ibex35. Adiós a Almirall o Grifols. Donde estén los amigos…