ANÁLISIS

Las mentiras verdaderas

Messi, este martes en la grada del Camp Nou

Messi, este martes en la grada del Camp Nou / Jordi Cotrina

Antonio Bigatá

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Nos dicen que estamos celebrando un Año Nuevo cargado de esperanzas pero lo del Barça se parece más a una procesión de vía crucis de Semana Santa con sus correspondientes misterios de gloria y misterios de dolor. La puñalada del Eibar fue una enésima estación dolorosa. Si hubiesen dejado entrar al Camp Nou a los seguidores probablemente habrían cantado con voz grave aquello del "perdona a tu pueblo, Señor", pidiendo clemencia divina, suplicando el final de tantas desventuras continuadas y que apartasen de una vez ese cáliz de amarguras que está siendo esta temporada. De villancicos, nada.

Si unos pocos días antes los pies de Messi, Pedri y Pjanic olían milagrosamente a resurrección, frente al Eibar todo fueron más nubarrones de cara a este 2021, con esos mismos Pedri y Pjanic tan ausentes de todo como el Messi que ni siquiera se vistió de corto. Messi ha vuelto ser el nombre. Antes del último partido del año pasado todo el mundo hablaba de lo que le había dicho a Jordi Évole,  pero en ese encuentro nefasto de golpe reapareció el silencio.

La mirada de Leo

Incluso se pudo ver desde los receptores de TV al argentino, de nuevo mudo pero sin duda no ciego, muy serio, observando desde la grada a sus compañeros del lío en el que se halla metido y del que no le han dejado siquiera huir. Por su mirada en aquella foto fija del desaliento que era su estampa en la grada del campo la pregunta ya no es si seguirá o no. Ni siquiera si volverá después, dentro de unos años, cuándo haya colgado las botas.

La pregunta es si este Barça sin dinero, sin equipo y sin moral conseguirá rehacerse en un plazo de tiempo que no sea tan largo hasta la llegada de Cruyff

La pregunta es si este Barça sin dinero, sin equipo y sin moral conseguirá rehacerse en un plazo de tiempo que no sea tan largo como aquellos años seguidos en que mientras se esperaba una aparición milagrosa como la de Cruyff no se consiguió ningún título serio. Lo que haga Messi mientras tanto, lejos de aquí, será una anécdota.

El pesado fardo puesto a Koeman

Van a la baja, poco a poco, las acciones de Koeman. Cuesta poco imaginarle diciéndole estas últimas semanas a Griezmann "de entrada espere en el banquillo; según vaya el partido ya veremos". O a Coutinho "hoy vuelve a jugar Pedri; luego le daré unos minutos, pero haga el favor de no lesionarse ya que tenemos que venderle como sea en el mercado de invierno".

La única esperanza real de este club es que los jóvenes que prometen vayan creciendo y no tengan la tentación de irse

O a Martin Braithwaite "lo pongo para que intente arreglar las cosas; muévase y remate como si fuese Etoo, Rivaldo o Ronaldinho , que lo demás ya vendrá solo y por añadidura ". O a Pjanic "aguante por favor esa especie de muro de cañas y barro que se deshace en el centro del campo". O a Busquets "de momento no te vistas, que ahora te toca descansar en paz". Y a Dios o lo que él crea que hay en el cielo "Señor, Señor, ¿por qué me has abandonado?" .

Háganme caso: son mentiras pero deben parecerse mucho a las frases verdaderas que tiene que decir a la vista de cómo evolucionan las cosas. Koeman no es el que está fracasando: le han puesto un fardo tan pesado en las espaldas que todo el mundo ve que le costará mucho volar.

Dejar crecer a los jóvenes

No se acercan los títulos pero sí las elecciones. En este Barça los únicos que sonríen son los candidatos ya que en el fondo son unas elecciones tristes y muy pobres de ideas. Algunos de los que hacen promesas también dicen mentiras pero en este caso no se parecen nada a lo que muy previsiblemente será la verdad.

La única esperanza real de este club es que los jóvenes que prometen vayan creciendo y no tengan la tentación de irse. Ellos podrían protagonizar un volver a empezar. ¿Tendrá paciencia en este 2021 para dejarlos crecer la afición? ¿Sabrá envainar las espadas el entorno que no consiga sillas y empleos en estas próximas elecciones?