Opinión | LIBERTAD CONDICIONAL

Lucía Etxebarria

Yo sí me vacunaré

Vacuna contra el SARS-CoV-2.

Vacuna contra el SARS-CoV-2. / Reuters / Dado Ruvic

Escribo esto un miércoles, aunque usted lo leerá un sábado o un domingo. El trending topic –la tendencia más leída– de hoy en Twitter es #YoNo Me Vacuno, y uno de los tuits más leídos dice: "Yo me vacunaré cuando yo quiera y no cuando me lo impongan, porque no me gustan los montajes ni el adoctrinamiento". ¡Olé tus mismísimos!

Me viene a la cabeza ese momento en el que salía yo del cine y me encontré con el Famoso Músico Alternativo, que se estaba tomando una caña en una terraza. Me dijo que estaba casi en números rojos porque desde la pandemia los conciertos se han cancelado. "No te preocupes –le dije yo–. En breve nos vacunan y para septiembre esto ya habrá acabado". "Yo no me vacunaré», dijo él, y me soltó la cháchara negacionista de montajes, adoctrinamientos, efectos colaterales, intereses políticos y económicos y la Gran Conspiración.

Me reí en su cara: "Fulano, a las 5 de la mañana, te he visto meterte por la nariz rayas de una sustancia que puede que contuvieram algo de coca, pero que básicamente parecía cal de la pared. He visto cosas que nunca creerías. Atacar naves en llamas más allá de Orión. Rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser y a ti, tragarte una pastilla que nos acababa de pasar un tío que ni siquiera habíamos visto nunca, acompañada de un buchito de Jaggermeister, cuya composición ni tú ni yo conocíamos, porque sus creadores se ufanan de su fórmula secreta. Y todos esos momentos pasarán como lágrimas en la lluvia, pero tú sigues vivito y coleando. Desde luego, una vacuna no puede matarte".

"La vacuna no altera el ADN, ni inserta un microchip, ni contiene tejido fetal. Salva vidas"

En honor del Famoso Músico Alternativo hay que reconocer que se rió conmigo. Otros negacionistas no se ríen tanto cuando les echo el mismo sermón, pero cambiando levemente el argumento. Las hay que no se drogan, pero se inyectan toxina botulínica en la cara, un neurotóxico elaborado por una bacteria denominada clostridium botulinum que causa sí, justo, ¡el botulismo! O los hay que hacen curas de adelgazamiento a base de beber unos extraños batidos que se supone que aportan energía durante el ayuno… ¿Debido a la fibra? No, debido a las amidas simpatomiméticas, unos compuestos de fórmula química estructural semejante a la adrenalina, que vienen a ser anfetaminas legales. Luego están los que se alimentan a diario a base de ultraprocesados, una amalgama de grasas saturadas, azúcares, aditivos, conservantes, colorantes, edulcorantes, potenciadores de sabor… Y luego están los que beben cañas a diario, aunque saben de sobra que beber alcohol cada día acorta la vida hasta cinco años (no, la copita de vino diario no previene nada, sino que aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular). ¿Y esta gente tiene miedo a vacunarse?

No, la vacuna ni te altera el ADN, ni te inserta un microchip, ni está hecha de tejido fetal. La vacuna te puede salvar la vida a ti y a los que te rodean. Y por muy posmoderno y cool que quede lo de enfrentarse a la ciencia, te recuerdo que gracias a la ciencia ya hemos acabado con las pandemias de gripe española, cólera, viruela, peste negra, bubónica, neumónica y septicémica y ni se sabe cuántas enfermedades más.

Entiendo que mucha gente no cambia sus prejuicios por una mera discusión racional, pero, amigo, amiga, cuando la vida está en juego, lo de epatar a veces sobra.

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