PECCATA MINUTA

Mala gente

Personas y medios hasta ahora religiosamente 'indepes', hartos de sus propios despropósitos, empiezan a 'camaleonizarse' para seguir siendo alguien en la próxima pantalla

La portavoz del Govern  Meritxell Budo

La portavoz del Govern Meritxell Budo / periodico

Joan Ollé

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El jueves por la tarde, recién restaurado Trapero como jefe mayor de los Mossos, llamé a mi gestor y amigo Javier para que “me hiciese cinco céntimos” –nunca mejor dicho– de cómo había vivido, como profesional, las intensas 24 horas durante las que el Govern autónomo decidió limosnear con 2.000 euros a los 10.000 primeros autónomos –¡el último que apague la luz!– de los 540.000 que aspiraban al premio de consolación: casi un 3%, marca de la casa. Javier me contó que no solo su despacho, con todo el personal dedicado monotemáticamente a intentar penetrar en el inextricable laberinto informático de la ‘Chene’, no logró introducir ni una petición, sino que, al habla con una docena de colegas de su gremio, ninguno de ellos consiguió tampoco sortear el campo de minas enemigo para conseguir un triste consuelo para sus clientes, algunos de ellos en situación desesperada.

“Y entonces, ¿qué?”, le pregunté. Y él: “Mira, no encuentro ni encontramos otra explicación que los del club de la ‘estelada’ dispusieran de otra clave de acceso, una puerta trasera, una ganzúa… o que estos 10.000 beneficiados no fuesen otros que los presuntos soldados rusos que debían traer la independencia a Catalunya”. Se rio, también, de que el Govern se pavonease de contar con una muy específica Conselleria de Polítiques Digitals, que en estricta traducción al castellano vendría a decir que allí la pasta se reparte a dedo. ¿O no, padrino Madí y hada madrina Rahola?

El recto proceder

Le pedí, a continuación, cuál hubiera sido, a su juicio, el recto proceder: “¿No nos encontramos ante una gravísima emergencia social? Para evitar que fuesen castigados justos por pecadores, conceder todas las demandas para luego analizarlas una por una e instar a devolver el dinero, con ejemplar multa añadida, a los más espabilados”.

Parece ser que algunas personas y medios hasta ahora religiosamente ‘indepes’, hartos de sus propios despropósitos, ya empiezan a ‘camaleonizarse’ para seguir siendo alguien en la próxima pantalla. Decaen los lazos en las solapas. El mismo jueves, el nada sospechoso Bernat Dedéu firmó en las páginas amarillas de ‘El Nacional.Cat’: “La anécdota es la ineptocracia. La categoría es como esta, cuando ya se ha incrustado en los hábitos de la Administración, siempre acaba derivando en la República de la Mala Gente. (…) De esta peña tenemos que huir cuanto antes mejor. Nos va la salud mental en ello, que es mucho más importante que el dinero. Mucho más, creedme. Alejaos del mal. Cuanto antes mejor”.

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