En vez de remodelación, elecciones

El ‘president’ Quim Torra sorprendió ayer con una remodelación del Govern de la que al menos dos de los ‘consellers’ destituidos se enteraron cuando estaban celebrando actos previamente programados. Es el caso de Miquel Buch en Interior, sustituido por Miquel Sàmper, y de Àngels Chacon en Empresa i Coneixement, que deja el cargo en manos de Ramon Tremosa. La tercera destitución afecta a la ‘consellera’ de Cultura, Maria Àngels Vilallonga, relevada por Àngels Ponsa. 

Aunque en la toma de posesión de dos de los nuevos ‘consellers’ Torra justificó los cambios por la necesidad de reforzar las tres áreas para luchar mejor contra la pandemia, los relevos tienen un claro componente político y partidista, y no se puede decir que vayan en la buena dirección. Al contrario. A Buch se le releva por dejar que los Mossos d’Esquadra hicieran su trabajo durante los altercados promovidos por jóvenes independentistas tras la sentencia del ‘procés’. Su actuación profesional ya provocó entonces tensiones con Torra, que se repitieron en otras ocasiones, y de las que ahora el presidente de la Generalitat pasa factura.

Más grave, si cabe, es el relevo de Chacón, independentista moderada, la única ‘consellera’ que quedaba en el Govern afiliada al PDECat y probable cabeza de lista del partido heredero de CDC en las próximas elecciones. La sustitución se produce en plena ruptura entre el nuevo partido de Carles Puigdemont y el PDECat, cuyo portavoz, Marc Solsona, calificó el relevo de Chacón de «purga política». Esta decisión solo puede agravar la ruptura que se acaba de producir en el espacio convergente. El cese de Vilallonga sí que puede deberse a la mala gestión de la pandemia desde Cultura, con decisiones mal acogidas por el sector. Vilallonga, además, había generado varias polémicas al hablar de «raza catalana» y al quejarse a los directivos de TV-3 por lo que considera uso excesivo del castellano.

La remodelación tiene también un componente electoral, en el sentido de que aleja las próximas elecciones autonómicas. Efectuados a solo dos semanas de que el Tribunal Supremo celebre la vista en la que Torra será con toda seguridad inhabilitado, los cambios confirman la idea expresada recientemente por el ‘president’ de que los partidos no acepten la inhabilitación eligiendo un nuevo presidente para retrasar así la convocatoria electoral. Justo lo contrario de lo que necesita Catalunya: ir a las urnas cuanto antes mejor para formar un Gobierno sólido que gobierne y que ponga fin al desgobierno actual.