Análisis

Salud mental: hay que prepararse para lo que nos llega

Hombre sentado en la cama con ansiedad

Hombre sentado en la cama con ansiedad / periodico

Xavier Trabado

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A principios de marzo, investigadores chinos publicaron un artículo en la revista 'The Lancet Psychiatry'. El artículo lleva por título 'Necesitamos disponer urgentemente de una atención en salud mental por la crisis del coronavirus'.

Esta vez haríamos bien en hacerles caso y prepararnos para el reto que nos vendrá en la atención a la salud mental de la sociedad.

Toda la experiencia de catástrofes y grandes crisis han puesto de manifiesto que estas vienen acompañadas de un crecimiento de problemáticas de salud mental como la depresión, el estrés postraumático, la ansiedad o el suicidio.

Una parte muy importante de la sociedad podrá desarrollar problemáticas de salud mental durante los próximos meses y años. Entre los colectivos más afectados tendremos los profesionales que han estado en primera línea (tanto del ámbito sanitario como del cuidado a las personas), las personas que han pasado por la covid-19, los familiares que no han podido cerrar el duelo de sus familiares muertos, todas las personas que se verán en grandes dificultades económicas durante los próximos meses (parados, trabajadores precarios, autónomos o empresarios) y las personas con problemáticas de salud mental previas.

Los investigadores chinos nos dicen que para atender este crecimiento de problemáticas de salud mental hay que prepararse en diversos ámbitos. El primero es la creación de equipos multidisciplinares (personal de enfermería, psicólogos, psiquiatras y otros trabajadores del ámbito de la salud mental) para atender a los profesionales que han estado en primera línea. El segundo es garantizar la asistencia no presencial en salud mental a la gente que lo necesite; los profesionales de la salud mental deben poder llegar a toda la población que lo requiera por los medios que sean más oportunos (teléfono, videoconferencias y otros medios digitales y presencialmente cuando sea necesario). En tercer lugar los colectivos más impactados deben tener un seguimiento proactivo por parte de los profesionales de la salud mental para hacer un seguimiento preventivo y facilitar una intervención temprana que facilite una recuperación rápida de las personas afectadas.

Por otro lado no podemos olvidar al colectivo de personas con problemáticas de salud mental que, ya antes del covid-19, eran más de 250.000 personas en Catalunya. La carencia de recursos que han sufrido estas personas no se puede ver ahora agravada de ninguna manera por el incremento de personas que habrá que atender. Si se han hecho crecer las ucis también debemos poder hacer crecer los servicios en salud mental para que todos tengan la atención adecuada y pueda rehacer su proyecto de vida.

El apoyo de la sociedad también será fundamental. Familiares, amigos, entidades social y voluntarios deben centrarse en acompañar a las personas que estén pasando por momentos difíciles. El trabajo desde el ámbito de la proximidad será fundamental. Es importante que nos prepararemos para que esta red de apoyo de la sociedad civil esté perfectamente coordinada con la red de profesionales de la salud mental.

Desde el movimiento asociativo de salud mental en primera persona y de familiares podemos y queremos contribuir a evitar que esta ola que nos llegue nos pase por encima. Tenemos una larga experiencia en acompañamiento y apoyo a las personas y familias con problemas de salud mental que ponemos a disposición del conjunto de la sociedad.

Necesitamos pero de un liderazgo firme por parte del Govern para coordinar todos los esfuerzos en este ámbito y verter las capacidades y los recursos (humanos, logísticos y económicos) que sean necesarios.

Desde China nos han avisado y estamos a tiempo. ¡No lleguemos tarde esta vez!

*Federació Salut Mental Catalunya.