Tribuna

Afrontar la pandemia desde los consejos psicológicos

La mayoría de los efectos adversos vienen de la imposición de la restricción de libertades: la cuarentena voluntaria está asociada con menos malestar psicológico

Un hombre corre por una terraza, esta semana en Bilbao.

Un hombre corre por una terraza, esta semana en Bilbao. / periodico

Connie Capdevila

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Si cada crisis, como dicen, tiene su oportunidad, el coronavirus ofrece algunas desde el punto de vista psicológico. Para empezar, acabar con el estigma social que conlleva la asistencia psicológica. Esta crisis también tiene un puñado de efectos colaterales sobre la salud mental de la población. Nos encontramos, no hay que subrayar demasiado, ante una situación sin precedentes, aunque existe investigación previa sobre las consecuencias psicológicas de la cuarentena en caso de otras enfermedades infecciosas, como el SARS, el Ébola o la MERS. Las investigaciones, llevadas a cabo en grupos reducidos, instalaciones especiales y situación de autoaislamiento, nos indican que, de manera primordial, se observan síntomas de estrés post-traumático, confusión y rabia. Los llamados "estresores" que contribuyen a ello pasan por la duración de la cuarentenas, los miedos a ser infectado, la frustración, el aburrimiento, el temor a no contar con el material médico necesario o la información adecuada, el peligro de sufrir pérdidas económicas y el posible estigma de quien sufre la enfermedad. Algunos de los investigadores destacan que estos efectos psicológicos habitualmente acaban siendo de larga duración.

La mayoría de los efectos adversos vienen de la imposición de la restricción de libertades: la cuarentena voluntaria está asociada con menos malestar psicológico y menos complicaciones a largo plazo. Obviamente, aún es pronto para contar con estudios concluyentes sobre el coronavirus, pero valorando las investigaciones existentes, creemos acertado potenciar la solidaridad dentro de las comunidades durante el confinamiento y extraer la parte positiva de la experiencia.

Para todo el mundo será importante ser conscientes de cómo percibimos la situación de confinamiento y de incertidumbre. Las personas que padecen fobias, ataques de pánico o ansiedad generalizada resultan más propensas a tener algunos pensamientos repetitivos. Para decirlo de manera sencilla, se trata de aquellas frases que comienzan con un "y si ..." y continúan con el planteamiento de escenarios catastróficos: enfermedad, muertes, desgracias, pérdidas económicas y de trabajo... Son frases que anticipan lo que todavía no se ha producido y de las que no tenemos ninguna evidencia de que se acaben generando. Hablamos de una tendencia a preocuparse de manera obsesiva antes de tiempo. Estos pensamientos generan ansiedad, así como promueven estrés los pensamientos que empiezan por "debería ..." y que tendremos que cambiar por "quiero hacer ..." Además, el hecho de ignorar los signos físicos y psicológicos del estrés, creyendo que desaparecerán por sí solos, contribuye a aumentar la ansiedad.

Este tipo de malestar emocional causa un deterioro, físico y psicológico, que puede acabar convirtiéndose en la antesala de trastornos mentales. Ante esta difícil situación, la Junta del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya (COPC) <strong>ha publicado en la web un conjunto de recomendaciones</strong> que promover el bienestar anímico de la ciudadanía.

Hoy, conviene recordar las palabras del doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS: "El mundo está aceptando el concepto de cobertura sanitaria universal. La salud mental debe ser una parte integral de la asistencia sanitaria universal. A nadie se le puede negar el acceso a la salud mental por no tener los recursos o vivir en un lugar remoto". En esta crisis, hay que hacer hincapié en este punto. Por lo tanto, es necesario normalizar y ampliar el acceso a la asistencia psicológica, aunque infrautilizada en nuestro país. Mientras la mayoría de países europeos supera con creces nuestra ratio de profesionales por habitante (en resumen, en Europa nos triplican en número de profesionales de la psicología), en Catalunya y en el resto del Estado aún nos queda un largo camino por recorrer y cubrir. 

*Psicóloga clínica. Vocal de la Junta de Govern del Col.legi Oficial de Psicologia de Catalunya.