La crisis de un evento global

Causas de la suspensión del Mobile

Todas las corporaciones que renunciaron tienen algo en común: temen a sus rivales chinos, a Huawei, en particular

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Antón Costas

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¿Cómo explicar que grandes corporaciones multinacionales de las cuales se supone tienen capacidad para evaluar de forma objetiva todo tipo de riesgos y tomar decisiones responsables puedan caer en la histeria de un contagio que provoque la suspensión de un evento global como el Congreso Mundial de Móviles 2020 (MWC, en sus siglas en inglés)?

Estamos hablando de corporaciones estadounidenses como AT&T, Facebook, Amazon o Sprint; de fabricantes surcoreanos, japoneses y europeos como LG, Sony o HMD; de operadores europeos de redes como Nokia y Ericsson; de grandes operadores europeos de telefonía como Deutsche Telekom, Vodafone o BT. Solo la española Telefónica, que actuaba como anfitrión, no se sumó a esa histeria, posiblemente porque jugaba en casa.

Cuantiosos 'daños colaterales'

Los 'daños colaterales', tanto en otras empresas del sector como en la ciudad de Barcelona son cuantiosos. Pero lo que me interesa aquí es indagar en las posibles causas reales de la decisión de no participar en este evento mundial. Y extraer algunas lecciones.

No había razones objetivas de naturaleza sanitaria que justificaran esas decisiones. La Organización Mundial de la Salud ha declarado la emergencia para que las autoridades nacionales estén preparadas, pero ha recomendado no prohibir la movilidad de las personas y de los bienes. De hecho, cada aeropuerto es un Mobile. Y no se han cerrado. En España no se han producido casos de contagio directo. Y el Ministerio de Sanidad, el departamento de Salut del Govern, el Ayuntamiento y la organización del Mobile estaban preparadas para evitar el posible contagio entre los asistentes. Pero todo esto no fue suficiente.

No ha sido la realidad la que ha llevado a la suspensión, sino la percepción

No es fácil identificar las causas reales. Descartadas las que tienen que ver con el síndrome conspirativo, hay tres que pueden explicar la suspensión:

La histeria de pandemia como nuevo riesgo global. El llamado 'teorema de Thomas' afirma que “lo que se percibe como real, tiene consecuencias reales”. Este ejemplo es una confirmación. No ha sido la realidad la que ha llevado a su suspensión, sino la percepción. En el 'mapa de riesgos' que elaboran las empresas a partir de ahora habrá que añadir, además del cambio climático y otros riesgos económicos y geopolíticos, la 'percepción de pandemias' y como gestionarlas. Pero tengo para mí que en esta historia hay algo más que miedo al contagio.

Una patada a China en el trasero de Barcelona. Todas las corporaciones norteamericanas, asiáticas y europeas que declinaron asistir al Mobile tienen algo en común: temen a sus rivales chinos. En particular, Huawei. En su batalla comercial y tecnológica con China, Donald Trump está hostigando especialmente a Huawei. También la UE la ha puesto en cuarentena por el miedo a que la tecnología 5G, de la que Huawei es líder mundial, quede en manos chinas. Por lo tanto, en esta lucha competitiva, donde al enemigo no hay que darle ni agua, no se puede descartar que las grandes corporaciones norteamericanas, europeas y asiáticas hayan aprovechado el coronavirus para darle una patada a China en el trasero del Mobile de Barcelona.

En cualquier caso, China se ha convertido en el enfermo mundial. Si quiere ser un país serio y respetado tiene que cambiar su política sanitaria y su transparencia política. Poco a poco veremos desplazamientos importantes en las cadenas globales de suministros, desde China hacia otros países más seguros.

En Barcelona no hay nadie que se ponga al teléfono. ¿Se hubiese podido evitar la suspensión si el clima político en Catalunya hubiese sido otro y existiese alguien con autoridad y reputación política suficiente para coger el teléfono, llamar a esas corporaciones y condicionar su decisión? No lo sé. Pero es razonable pensar que algo se hubiese conseguido.

Revertir la incapacidad política

Este suceso debería servir para revertir la incapacidad de la política oficial catalana para defender la salud y la fortaleza de la economía. Hemos perdido la Agencia Europea de Medicamentos, la institución regulatoria europea más importante para la industria farmacéutica. Se ha asistido con desinterés a la pérdida de sedes financieras, industriales y de servicios, cuyo impacto a largo plazo en la actividad económica, el empleo y el bienestar serán determinantes. No podemos seguir por este camino sin abocarnos a una cierta decadencia.

En todo caso, ahora lo importante es no caer en el desánimo y en las lamentaciones y acusaciones estériles. Todo el mundo ha adquirido ya plena conciencia de la importancia del Mobile. Barcelona tiene energía e iniciativa suficiente para seguir adelante. Lo importante ahora es cerrar filas y colaborar con la organización del Mobile para que la edición de 2021 sea un gran  éxito.