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'Parásitos': aversión y deleite

Un fotograma de 'Parásitos', de Bong Joon-ho

Un fotograma de 'Parásitos', de Bong Joon-ho / EL PERIÓDICO

Mónica Vázquez

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Hay películas que se te clavan en el corazón. Otras te remueven las entrañas, a fuego lento. Y otras se acomodan en tu cabeza, tejiendo ideas nuevas. Ideas con el potencial de reconfigurarte la mente, cambiarte el pensamiento, inspirarte a ser una nueva persona. Y 'Parásitos' es una de esas pocas películas que consiguen hacer las tres cosas a la vez, deteniendo el tiempo dos horas, robándote del mundo un rato para después devolverte a tu pesar con una nueva sensibilidad que hará que la realidad te pique hasta el dolor y, aun así, querrás verla de nuevo.

'Parásitos' nos enseña la fealdad de este mundo que hemos hecho a la medida de unos pocos

Parásitos nos cuenta las vicisitudes por las que pasa una familia al borde de la pobreza extrema en Corea del Sur. Un matrimonio de mediana edad y dos hijos que apenas son adultos viven en un sótano, al final de un callejón donde acaban la noche los borrachos con una última meada antes de desmayarse camino a casa. El hijo mayor consigue trabajo, gracias a un amigo, dando clases particulares a la hija de un empresario rico. Y ahí comienza el baile de dos familias que aun viviendo en dos mundos distintos, coexisten en una delicadamente tóxica armonía, creando un ecosistema lleno de claroscuros que chisporrotean entre momentos de comedia y denuncia social.

La película es una brillante reflexión sobre el mundo en el que vivimos, seamos conscientes o no. El inevitable lado tenebroso del privilegio, la falta absoluta de empatía y la cosificación de los desfavorecidos, harán que te retuerzas en el asiento, aborreciendo el aire que respiras. Pero el horror es tan sublime que no puedes ni quieres dejar de mirar. La trama se enreda y desenhebra a un ritmo trepidante, lleno de planos exquisitos y una comedia tan elegante, obscena y sutil que no puedes huir de ella. Esa magnífica combinación de aversión y deleite te atrapa en una vorágine de sentimientos encontrados que algunos de nosotros creíamos perdidos. 'Parásitos' nos lleva hasta el límite de nuestras excusas, nos desnuda la realidad que maquillamos de accidental y nos enseña la fealdad de este mundo que hemos hecho a la  medida de unos pocos.

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