Aburriendo a toda la familia

Cuidado cuando empiezan a publicitar un programa diciendo «¡Es para todos los públicos, para toda la familia!». Tomen precauciones. Puede ser una losa santanderina. Es el caso de '<strong>No perdis el compàs!</strong>', que acaba de estrenar TV-3, en combinación con IB3.

Han sido dos horas soporíferas. Querían hacer un concurso musical y les ha salido un carrincló karaoke de rodalies. Un diseño sin talento, ni imaginación, ni inventiva, mimetizando cantidades industriales de pruebas y jueguecitos que se caen de antiguos y vistos. La productora (DLO, satélite de la multinacional Banijay TV) se ha cubierto de gloria.

Y los responsables de TV-3 y de IB3 que han comprado el producto, que visiten inmediatamente al otorrino: tienen una atrofia severa de oído y olfato televisivo. Han conseguido una cuota de pantalla del 5,8%. En Baleares ha sido peor: un 2,8%. Una producción de estas características, cuyo coste no suele bajar de 70.000 euros por capítulo, debería pasar controles rigurosos. Luego dirán que no tienen un duro.

Visto lo visto hubiera sido más rentable poner a la pareja de presentadores a hacer el programa ellos solitos. Victòria Maldi (cuota IB3), con su delicioso acento de ses illes, y José Corbacho (cuota TV-3), con su deje charnego, tan sabroso, y que trabaja con tanta maestría, ensamblados al calor de un buen guion, llenarían tranquilamente una horita, y al menos no divertiríamos.

Uno de los pocos momentos entretenidos ha sido cuando Corbacho se ha sentado junto a Pepeta Pla, salerosa octogenaria de Tona. Los lectores de este diario la recordarán de una interesante entrevista que <b>Núria Navarro</b> le hizo en julio del 2016. Pepeta es una dama de humor envidiable que, no obstante, tiene tras de sí una vida matrimonial que fue dura, y muy aleccionadora. Merecía que Corbacho le dedicase una atención más cumplida. Desconozco cuantas ediciones han contratado de No perdis el compàs!. Aunque solo fuera una, no es una inversión, es un gasto inútil. Quizá después del puente de mayo la audiencia mejore un poquito. Pero si no le dan un meneo de 180 grados, continuará siendo una pifia.

Cuando mi canario flauta Papitu va al supermercado, o a una gran superficie, nunca compra este tipo de artículos. Dicen ser pensados para toda la familia, o sea, nada picantes, ni canallas, y muy bajos en calorías. Pero resulta que son algo peor: apelmazados e insípidos. Provocan vagancia intestinal por aburridos.