Van Morrison puede estar tranquilo

Hace 30 años, Van Morrison publicó 'No guru, no method, no teacher', álbum en el que arremetía contra quienes ofrecen recetas rotundas para un mundo demasiado complejo. Pero el cantautor irlandés siempre ha tenido más elogios de la crítica que éxito comercial, y también en aquella ocasión fueron pocos los que le escucharon. Vamos, que ser gurú y predecir el futuro se lleva mucho más que escuchar al creador de 'Astral weeks'.

En el audiovisual la especie abunda y llevamos décadas escuchando el mantra de que estamos ante el apocalipsis final del tiempo en que prensa, radio y televisión han ocupado el centro de la plaza. Es evidente que como cantara Dylan 'Los tiempos están cambiando', ocurre desde que el mundo es mundo y todo se reduce a que cada generación busca tener su propia identidad, con sus propios lenguajes y costumbres a poder ser diferenciados de generaciones anteriores. Y en ese proceso los avances tecnológicos son el principal soporte para construir un universo propio.

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Pero nada desaparece del todo y todo se transforma. Ni el video mató a la estrella de la radio, como cantaron The Buggles, ni el cine mató al teatro, ni la televisión al cine, ni internet matará a la televisión. Decía Borges: "Todas las historias estaban en Homero". Amor, venganza, viaje, lucha por el poder son temas universales, pero cada generación los cuenta y los comparte a su manera. Y ahora se están incorporando a la sociedad nuevas generaciones que quieren tener la suya propia, mientras van jubilándose los protagonistas del pasado.

Los niños nacen con una tableta en sus manos y pasan horas visionando videos cortos que les divierten. Los jóvenes se encuentran en sus 'smartphones'. Los adultos ven las películas en sus televisores conectados y solo los mayores en edad parecen mantener su fidelidad en los medios que les acompañaron durante su vida. Es cierto que todos tienen en común la búsqueda de buenas historias que les acompañen y que quien esté en posesión de ellas siempre tendrán un lugar al frente de la mesa, independientemente de cómo se distribuyan.

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Pero también que hay signos evidentes de por dónde pueden ir los próximos meses y años. De entrada, la brecha digital entre unas generaciones y otras, y entre grupos sociales según su poder adquisitivo, parece la nueva gran frontera que separa a los ciudadanos del mundo. Superar o no dicho muro va a definir el tipo de sociedad en que vivirán nuestros descendientes. Igualmente, parece que la dimensión del campo de competición se ha agrandado. Lo local queda para la información y el resto es un mercado planetario donde el tamaño sí importa.

AT&T compra Warner porque la batalla más importante ahora mismo pasa por tener contenido propio y el ganador será quien tenga el mejor. Con la compra, AT&T se lleva los canales HBO, CNN y TNT, así como al estudio de cine Warner Bros. La Fox se queda con Sky, y Mediaset Italia pretende crear una plataforma europea de pago para enfrentarse a Netflix y Amazon. Características del presente mientras la realidad virtual aparece ya con una capacidad de ofrecer entretenimiento y servicios individuales sin parangón. Pero gurús y profecías al margen, las buenas historias se basarán en el talento imprescindible de quien las escriba. Así que Van, tranquilo.