Un ejemplo que Barcelona debería copiar de otras grandes ciudades

Un respiro de la moratoria turística

El modelo innovador es la residencia de estudiantes que aloja turistas en los periodos de vacaciones

ilustracion de trino

ilustracion de trino / periodico

NOEMÍ BLAZQUEZ

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El pasado mes de marzo, se publicaron dos trabajos que afectan de manera diametralmente opuesta el futuro desarrollo de los alojamientos turísticos en Barcelona. Por un lado, la comisión de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó inicialmente el Pla Especial Urbanístic d’Allotjaments Turístics (PEUAT). El principal problema que plantea este instrumento  es la permanencia de una moratoria turística, instaurada en julio del 2015, y una regulación que encorseta el crecimiento de hospedajes para los turistas.

 En clara contraposición a estas medidas, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publicó sus conclusiones preliminares sobre los nuevos modelos de prestación de servicios y la economía colaborativa. En este documento, la CNMC critica el excesivo intervencionismo de los poderes autonómicos en los nuevos modelos de alojamiento temporal que auspicia la economía colaborativa, considerándolo alejado de los principios de regulación económica eficiente que debe imperar en toda  intervención pública.

UNA REGULACIÓN MÁS ÁGIL

Las recomendaciones de la CNMC apuntan la necesidad de revisar la regulación de hospedaje turístico, dado el papel preeminente que representa el turismo en nuestra economía.  Barcelona ocupa la cuarta posición en Europa como ciudad más visitada. La permanencia en esta posición y los beneficios económicos asociados que reportan para la ciudad pasan por una regulación más ágil.

Es habitual encontrar en las regulaciones de hospedaje turístico requisitos de estancias mínimas o máximas o sobre la localización de estos alojamientos. También contemplan barreras a la implantación de modelos híbridos en que coexistan en un mismo lugar distintos tipos de alojamiento. Estas restricciones encuentran su justificación en las denominadas externalidades negativas asociadas a la actividad de alojamiento turístico como la inseguridad, el impacto ambiental, o la congestión. De ahí que los poderes públicos insista en que estas medidas buscan un objetivo único: el turismo sostenible. No hay duda de que existen efectos negativos, pero el objetivo puede lograrse con mecanismos regulatorios proporcionados y fórmulas  flexibles.

RESIDENCIAS DE ESTUDIANTES

Un modelo innovador en este sentido, que podría dar salida a la demanda de alojamientos y generar valor añadido a los equipamientos son las residencias de estudiantes. Se trata de un modelo híbrido, presente en muchas ciudades, que satisface las necesidades de universitarios extranjeros y no residentes, y que completa su oferta con el hospedaje a turistas en los periodos vacacionales de los estudiantes.

Las relaciones entre alumnos internacionales y nacionales son un elemento integrador. Los estudiantes representan para la ciudad importantes beneficios, más allá de los económicos, al aportar talento, innovación y reputación. Los estudios realizados demuestran que la implantación de las residencias de estudiantes no plantea problemas de convivencia en los barrios.

La revitalización de Barcelona está motivada por la atracción y retención del talento joven. Los 'millennials' son  un motor de innovación y eligen congregarse en ciudades que les inspiran, como Barcelona, para asistir a cursos  y participar en viveros de 'start-up'. Esta generación no quiere sentirse turista y exige modelos de alojamiento que les permita conectar con la gente del barrio.

Por otra parte, el modelo híbrido de residencias  requiere mayor sofisticación que el de las tradicionales, puesto que las primeras deben satisfacer a una clientela con perfiles diferentes y están sometidas a una mayor fiscalización. Estos modelos aportan dinamización a las antiguas áreas industriales, contribuyendo a crear un tejido urbano cohesionado. A ello debemos añadir que, a diferencia de otros establecimientos,  imponen políticas de prevención y de control de su impacto ambiental. De ahí que seamos testigos del  crecimiento y éxito de este modelo híbrido en ciudades como Nueva York, Milán, Ámsterdam y Berlín.

ASIGNATURA PENDIENTE

A pesar de las ventajas que ofrece este modelo, existe una asignatura pendiente: la ausencia de regulación. La falta de claridad en la regulación de los establecimientos implantados, si bien permite la compatibilidad de las dos actividades, no parece ser el statu quo más apropiado. En el momento en que las autoridades dejen de permitir que las residencias acojan a turistas, el modelo híbrido dejará de ser económicamente viable.

Por el contrario, si las autoridades regulan este modelo como una tipología de alojamiento que permita hospedar a turistas, atraerá a nuevos inversores y estudiantes internacionales, creará empleos e incrementará los beneficios económicos y sociales. En definitiva, queda en manos de nuestros políticos la pervivencia de este modelo de alojamiento.