Editorial
'Charlie Hebdo' no baja la guardia
Un año después de sufrir el atentado yihadista, la revista satírica francesa mantiene en alto la apuesta por la libertad
Un año después del vil atentado yihadista contra la revista humorística francesa Charlie Hebdo que causó la muerte a 12 personas, la publicación sigue bien viva. En esta fatídica conmemoración lo demuestra con una portada que, como es habitual, provoca sarpullidos. En este caso, lo importante de este número y de todos los publicados por la revista a lo largo de este año difícil no es su carácter desafiante o escandaloso, sino la voluntad de seguir, de no doblegarse ante el terrorismo. Hacerlo, ceder a las pulsiones del miedo, comprensibles por otra parte, sería dar una victoria a los violentos.
Francia ha tenido una segunda sacudida terrorista de matriz islamista hace apenas dos meses con el brutal balance de 130 víctimas mortales, personas que se dedicaban tranquilamente a actividades de ocio en restaurantes o salas de conciertos. Los atentados del 13 de noviembre pusieron de manifiesto la vulnerabilidad de nuestras sociedades abiertas, en aquel caso la francesa. Todo gobernante sabe que es responsable de la seguridad de los ciudadanos, pero también que para enfrentarse a una amenaza como la yihadista hay que hurgar en las causas profundas que hacen atractivo para cientos de jóvenes un delirio como el que plantean las organizaciones islamistas radicales, llámense Estado Islámico, Al Qaeda o Al Nusra.
París está respondiendo al desafío con una serie de medidas de vigilancia máxima en la calle y en los nudos de transporte, medidas que la ciudadanía agradece. La alerta es alta y no se puede bajar la guardia. Pero los políticos también han entrado en una dinámica populista que aspira a recortar las libertades en nombre de la defensa de estas mismas libertades. La extrema derecha de Marine Le Pen chapotea encantada en esta situación y el Gobierno se mueve hacia postulados derechistas. El proyecto ahora en discusión de la retirada de la nacionalidad francesa a quienes tienen doble nacionalidad, además de que afectaría a pocas personas, no disuadirá a ningún aspirante a terrorista. En cambio, abre el camino y hace socialmente aceptable la existencia de dos clases de ciudadanos, y precisamente en el país del que el mundo aprendió las bases del Estado de derecho con los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad. Por eso, más allá de la polémica tiene valor que Charlie Hebdo siga en sus trece.
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